Todo sobre la reforma al poder judicial incluye antecedentes internacionales

La reforma judicial propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador ha generado un amplio debate en México. La iniciativa busca, entre otras cosas, la elección de jueces por votación popular y la reducción del número de ministros en la Suprema Corte de Justicia de 11 a 9, lo cual ha sido calificado por sus opositores como una amenaza a la independencia judicial.

Motivación y Propuesta de AMLO:

López Obrador ha defendido su propuesta como un medio para combatir la corrupción dentro del Poder Judicial. Argumenta que muchos jueces y ministros actuales están al servicio de grupos de poder y el crimen organizado, y que la elección popular de los jueces garantizaría mayor rendición de cuentas y transparencia. AMLO ha insistido en que esta reforma es fundamental para acabar con lo que él describe como «un poder judicial corrupto y elitista»

La propuesta incluye también un ajuste a los salarios de los jueces, quienes no podrían ganar más que el presidente de la república, y la prohibición de que los jueces salientes trabajen como litigantes durante dos años tras dejar su cargo

Postura de la Oposición:

La oposición política y varios actores del Poder Judicial han expresado su rechazo a la reforma. Argumentan que permitir que los jueces sean elegidos por voto popular politizaría el sistema judicial, lo que podría llevar a que los candidatos se deban más a intereses políticos que a la justicia. De hecho, uno de los principales temores es que el narcotráfico o grupos de interés puedan influir en estos procesos electorales, socavando la imparcialidad del Poder Judicial​

Además, varios críticos internacionales, incluidos diplomáticos de Estados Unidos y Canadá, han mostrado su preocupación, advirtiendo que la reforma podría afectar la estabilidad del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y reducir la confianza de los inversionistas extranjeros en México

Consecuencias Potenciales:

Si se aprueba: La reforma transformaría de manera radical el sistema judicial mexicano, convirtiéndolo en uno más alineado con los principios del Ejecutivo, según algunos críticos. Se teme que la politización de la justicia debilite la democracia mexicana y afecte la relación de México con sus principales socios comerciales, como EE.UU. y Canadá.

Si no se aprueba: En caso de ser rechazada, el sistema judicial actual continuaría operando sin cambios, pero la relación entre el Ejecutivo y el Poder Judicial seguiría tensa, con AMLO acusando a la Suprema Corte de ser un obstáculo para sus reformas. La falta de aprobación también podría debilitar a Morena en las próximas elecciones, al no lograr uno de los proyectos insignia de López Obrador

Voces Relevantes:

López Obrador: Afirma que esta reforma es crucial para eliminar la corrupción y hacer que el Poder Judicial sirva al pueblo en lugar de a intereses privados.

Oposición (PAN, PRI): Denuncia que la reforma busca concentrar el poder en manos del presidente y amenaza la democracia al socavar la independencia judicial.

EE.UU. y Canadá: Expresan preocupación sobre las implicaciones económicas y democráticas de la reforma, sugiriendo que podría afectar las inversiones y la estabilidad de México en el contexto del T-MEC

Conclusión:
La reforma judicial de AMLO está en el centro del debate político de México. Sus defensores la ven como una medida necesaria para acabar con la corrupción, mientras que sus detractores la consideran una amenaza para la independencia del Poder Judicial y la estabilidad democrática del país. Las discusiones en el Senado y la reacción de la ciudadanía y la comunidad internacional serán clave para determinar su futuro.

Existen varios antecedentes históricos y contemporáneos de reformas al poder judicial, tanto en México como en otros países, con resultados variados.

Antecedentes en México:

Reforma de 1994: Un antecedente importante en México es la reforma judicial de 1994, impulsada durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari. Esta reforma creó el Consejo de la Judicatura Federal (CJF) para supervisar el funcionamiento del Poder Judicial y evitar la corrupción. También fortaleció a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que pasó de ser un tribunal ordinario a un tribunal constitucional. Esta reforma fue vista como un paso hacia la modernización del sistema judicial, mejorando su independencia y la calidad de la justicia​

Sin embargo, aunque el CJF ha logrado algunos avances en la supervisión de jueces, persisten críticas sobre su ineficacia en frenar la corrupción judicial.

Reformas impulsadas por AMLO (2018-2024): Desde su llegada al poder, López Obrador ha hecho varias reformas judiciales, incluyendo cambios en el sistema penal para garantizar la presunción de inocencia y la expansión de tribunales laborales. Aunque estas reformas han sido más puntuales y no tan radicales como la propuesta actual, también han generado controversia por la interferencia política percibida

Antecedentes Internacionales:

Hungría (2010-2020): El primer ministro Viktor Orbán impulsó una serie de reformas judiciales en Hungría para ampliar el control sobre los tribunales. Esto incluyó cambios que le otorgaban al gobierno más influencia sobre la selección de jueces y la administración judicial. Aunque el gobierno justificó las reformas como necesarias para combatir la corrupción, los críticos advirtieron que socavaban la independencia judicial. Como resultado, Hungría ha sido objeto de críticas internacionales, y la Unión Europea incluso ha amenazado con sanciones por socavar el estado de Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH)

Polonia (2015-2021): En Polonia, el gobierno del partido Ley y Justicia (PiS) impulsó una reforma judicial que permitió al Ejecutivo intervenir en el nombramiento de jueces. Esta reforma provocó fuertes críticas de la Unión Europea, que afirmó que socavaba la independencia judicial y amenazaba el estado de derecho. En respuesta, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) impuso sanciones a Polonia, exigiendo la reversión de las reformas. Aunque el gobierno polaco justificó los cambios como una medida para eliminar jueces corruptos, la resistencia interna e internacional ha debilitado la legitimidad de las reformas

Resultados en Otros Países:

Hungría: Las reformas judiciales de Orbán resultaron en una concentración de poder en el Ejecutivo, y Hungría ha sido objeto de procedimientos de sanción por parte de la UE, aunque internamente Orbán ha mantenido el control político.

Polonia: Las sanciones impuestas por la UE y la resistencia interna han ralentizado el proceso de reforma, pero el PiS sigue manteniendo un fuerte control político. La tensión entre la UE y Polonia sobre el estado de derecho continúa.

Conclusiones:

Las reformas judiciales, particularmente aquellas que buscan influir en la elección o supervisión de jueces, son controversiales y a menudo generan preocupaciones sobre la independencia del poder judicial. En los casos de Hungría y Polonia, las reformas han sido vistas como intentos de consolidar el poder político, debilitando el sistema de controles y equilibrios, lo cual ha provocado sanciones internacionales y críticas internas.


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