En la víspera de una crucial votación en el Senado sobre la reforma judicial promovida por el presidente Andrés Manuel López Obrador, el bloque opositor encabezado por el Partido Acción Nacional (PAN) enfrenta una crisis interna. Miguel Ángel Yunes Márquez, uno de los 22 senadores del PAN y pieza clave para frenar la aprobación de la reforma, ha perdido comunicación con su partido, generando una gran preocupación dentro de la bancada.
La coordinadora del PAN en el Senado, Guadalupe Murguía, convocó a sus compañeros a una reunión en la Torre Azul, el edificio panista cercano al Senado, para asegurar los votos necesarios para rechazar la reforma. Sin embargo, tras varias horas de espera, Yunes Márquez no apareció, lo que aumentó la tensión en las filas del PAN, ya que su voto podría ser decisivo para evitar que la coalición encabezada por Morena logre la mayoría calificada.
Yunes Márquez, sobre quien pesa una orden de aprehensión relacionada con su gestión como alcalde de Boca del Río, Veracruz, no ha manifestado públicamente una postura contraria a la reforma, pero su ausencia ha sembrado dudas. En redes sociales, Murguía y otros líderes del PAN exigieron a Yunes que se pronunciara contra la reforma judicial, recordándole su promesa de votar en línea con el bloque opositor. «Como coordinadora de @SenadoresdelPAN, le demando, con respeto, pero con absoluta firmeza, que cumpla su palabra ante la sociedad», escribió Murguía en su cuenta de X (anteriormente Twitter).
La ausencia del legislador ha generado llamados de otros miembros del partido y figuras públicas, que advierten sobre la posibilidad de que Yunes cambie de bando o se ausente durante la votación, lo cual facilitaría la aprobación de la reforma judicial. Fernando Doval, consejero panista, señaló en redes: «Tú decides cómo pasar a la historia: como un héroe o un traidor».
El PAN, junto con sus aliados del PRI y Movimiento Ciudadano, cuenta con 43 senadores, un número suficiente para frenar la reforma si todos votan en bloque. Morena y sus aliados necesitan 86 votos de los 128 senadores presentes para aprobar la reforma constitucional. Sin embargo, con la posible ausencia o cambio de postura de Yunes Márquez, el equilibrio de fuerzas podría cambiar, favoreciendo a Morena.
Mientras tanto, organizaciones como la Marea Rosa, que apoya a la senadora Xóchitl Gálvez, han intensificado sus demandas para que los legisladores opositores voten en contra de la reforma judicial, una propuesta que ha provocado protestas por parte de trabajadores del Poder Judicial, académicos y miembros de la sociedad civil. Estas agrupaciones ven en la reforma una amenaza para la independencia judicial y la democracia en México.
A pesar de la incertidumbre, algunos senadores del PAN, como Francisco Ramírez Acuña, instan a no adelantarse en los juicios y confían en que Yunes Márquez mantendrá su promesa de votar en contra. «Ustedes piensan mal y creen que acertarán. Hay que esperar a mañana», declaró Ramírez Acuña.
La reforma judicial, parte del «Plan C» de López Obrador, es uno de los proyectos legislativos más controversiales del sexenio. De aprobarse, supondría un cambio significativo en la estructura del Poder Judicial, y sus críticos argumentan que afectaría la independencia de los jueces y magistrados, consolidando un mayor control del gobierno sobre el sistema judicial.
Con la votación a tan solo unas horas de distancia, la falta de claridad sobre la postura de Yunes Márquez y su suplente, el exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares, ha desatado una crisis política en el bloque opositor, poniendo en riesgo la posibilidad de frenar la reforma. Las próximas horas serán decisivas para el futuro del Poder Judicial en México y para la cohesión interna del PAN como partido de oposición.
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