“Nadie duerma! ¡Nadie duerma!
Tampoco tú, oh princesa,
en tu frío cuarto
miras las estrellas
que tiemblan de amor y de esperanza…
¡Pero mi misterio está encerrado en mí,
mi nombre nadie sabrá!”
GIACOMO PUCCINI
Pobre Andrés Manuel. Pobre de él ¿La razón? Sencilla —¿o será doble?—: el arresto de Joaquín Guzmán López e Ismael “el Mayo” Zambada.
Ya la noche de ayer ambos delincuentes pernoctaron en una prisión en Estados Unidos. Eso luego de que si los capturaron, los emboscaron, se entregaron (circula la versión en el sentido de que “el Mayo” Zambada se habría entregado a cambio de la liberación de su hijo Ismael Zambada Sicairos, alias “el Mayito Flaco”), firmaron acuerdos, los secuestraron… Teorías sobran, más lo interesante es el atestiguar una traición.
La de Ovidio Guzmán; tanto hacia “el Mayo” como hacia su hermano “el Chapito”. ¿Antes de salir de la cárcel gringa —sí, todo parece indicar fue liberado por las autoridades carcelarias estadounidenses hace tres días— Ovidio también entregó una lista de servidores públicos corruptos que cuidan y se benefician del trasiego de la droga entre México y EU? Si Ovidio ya está libre, entonces pareciera un ajuste de cuentas mismo siendo de la misma sangre… Una que cobró sus dos primeras víctimas aunque en los siguientes meses seguro caerán más. Por cierto, dejarlo libre puede no ser sino otra forma que volverse lo que se conoce como ‘testigo protegido’.
¿Que tanto “el Mayo” ayudará ahora a la DEA? Él, hace poco más de 15 años, dijo a Julio Scherer García que si lo capturaban todo seguiría igual… Es posible, al menos por cuanto al negocio del narcotráfico. Pero la información que podría brindar, eso sí cimbraría la industria de las drogas.
Quien se cuelga la medalla en esta importante detención es el gobierno de Biden (así como la contendiente demócrata a la presidencia estadounidense, Kamala Harris). Ello en el momento exacto que Trump proponía qué hacer con los cárteles de droga y al respecto de que los narcos pueden poner o quitar presidentes en México en un abrir y cerrar de ojos. Resulta, sin embargo, que quienes quitaron en minutos a dos capos fueron las agencias de investigación comandadas por Biden. Ironías de la política…
La segunda beneficiada —indirecta— de estos arrestos es Claudia Sheinbaum. Y es que este escándalo ya no le tocó a su gobierno.
Y vaya que es un escándalo pues el gobierno de México tendría que haber estado trabajando de manera conjunta con EU para capturar a estos delincuentes… en cambio tanto el FBI como la DEA ya avisaron que se trató de una “operación exclusiva” de ambas agencias. Doble descontón a la autoridad cuatroteísta de nuestro país.
Dentro de las dudas, está: ¿en verdad el gobierno estadounidense ya no confía en sus contrapartes mexicanas? ¿O sí participaron estas, pero por el miedo a los cárteles, las autoridades mexicanas prefieren decir que NO tuvieron nada que ver?
Habrá quien dirá que esta fue la respuesta de parte del gobierno de Estados Unidos por el vil asesinato de Milton Morales Figueroa, quien había participado en desarticular diversas bandas del narcotráfico en nuestro país…
Aunque la captura se anunció poco después de las seis de la tarde de ayer, el gobierno mexicano hasta anoche no había dicho nada al respecto…
¿Busca López Obrador la respuesta perfecta para no hacer enojar ni a Los Chapitos ni a los otros cárteles ni tampoco al gobierno estadounidense? En fin. Como siempre, mucho silencio en el momento que se requieren certezas. Solo espero que el corazón de Andrés Manuel pueda soportar más sorpresas que seguro les dejó Ovidio con sus amigos de la DEA y del FBI.
Giro de la Perinola
1.- Las Olimpiadas de París arrancan hoy, pero en Texas empezaron primero. La carrera con obstáculos para atrapar a peligrosas cabecillas de tan importantes cárteles, la ganó la DEA con el FBI. En este “medallero olímpico”, el gobierno de México podía —debía— haber quedado en primer lugar, pero como siempre dejó pasar la victoria…
2.- Bien podría Luisa María Alcalde, como titular de Gobernación, decir cuál es la posición de México ante la captura de semejantes criminales. Eso en lugar de ‘ir por la vida’ —y desde el escenario de Palacio Nacional— ejerciendo como presidenta de Morena.
