En el vasto y caótico universo de las celebridades, donde las estrellas brillan y se apagan con una rapidez que podría marear a cualquier astrónomo, surge una noticia que desafía la lógica y la decencia. Yolanda Saldívar, la infame asesina de Selena Quintanilla, ha declarado su deseo de trabajar con Shakira y convertirse en su “mano derecha”. Sí, leyeron bien. No, no es una broma de mal gusto ni el argumento de una película de terror clase B.