La Suprema Corte de Justicia de la Nación volvió a inclinar la balanza en contra del empresario mexicano Ricardo Salinas Pliego. En una resolución emitida este miércoles, el máximo tribunal del país ordenó al magnate cubrir 67.16 millones de pesos correspondientes a un crédito fiscal pendiente del ejercicio 2012, relacionado con la empresa Nueva Elektra del Milenio.
Este fallo se suma a una larga cadena de derrotas para el dueño de TV Azteca, Banco Azteca y Elektra, quien enfrenta litigios con el fisco que, en conjunto, rondan los 50 mil millones de pesos, según estimaciones de la propia Corte. La disputa se concentra en los años en que las compañías del Grupo Salinas operaban bajo el régimen de consolidación fiscal, un sistema vigente entre 1982 y 2013 que permitía a los corporativos balancear ganancias y pérdidas entre sus distintas empresas.
El núcleo del conflicto era determinar si el SAT tenía facultades para auditar directamente a empresas que formaban parte de un grupo consolidado. La respuesta de la Corte fue contundente: sí puede, y por ello los créditos fiscales reclamados deben pagarse.
La decisión no fue unánime. Tres ministros votaron en contra de analizar el fondo, argumentando que el caso podría tener implicaciones técnicas más complejas. Sin embargo, la mayoría determinó que la ruta legal es clara y que el adeudo debe liquidarse.
Desde el entorno del empresario, las reacciones no tardaron. Grupo Salinas acusó a la Corte de actuar bajo presión del Gobierno federal y adelantó que recurrirá a instancias nacionales e internacionales para impugnar el fallo. El mensaje: la batalla está lejos de terminar.
Para la administración de Claudia Sheinbaum, esta resolución se alinea con su estrategia de reforzar la recaudación sin promover reformas fiscales de gran calado, enfocándose en cobrar adeudos millonarios ya existentes y validados por tribunales.
El caso Salinas Pliego se ha convertido en uno de los expedientes fiscales más mediáticos del país, no solo por las cifras involucradas, sino por la confrontación política, legal y mediática que ha generado. Y con nuevas resoluciones en camino, el capítulo está lejos de cerrarse.
