Muchos neoliberales y sus paleros desplegados en México han repetido como poseídos la ficción de que el estado de California, por sí mismo, es la “quinta economía del mundo”, por encima de países importantes.
Pues bien, desgraciadamente, para los miles de afectados por los incendios forestales en la zona de Los Ángeles, la realidad es que una “economía” basada en especulación de bienes raíces y empresas de Silicon Valley que producen “apps” y productos financieros no equivale a una infraestructura robusta y actualizada.
Al momento de escribir este texto, los cálculos de la destrucción en zonas cómo Malibu, Altadena y Venice, podría rebasar los 150 mil millones (“billones”, los llaman allá) de dólares. El saldo en pérdida de vidas humanas ha sido de 10 personas fallecidas, además de incontables pérdidas animales y del reino vegetal. El cambio climático está aquí y la madre naturaleza está comenzando a cobrar.
Mientras Los Ángeles ardía cómo Roma. El senil presidente saliente Biden se dedicaba a hablar del nacimiento de su bisnieto, el gobernador de California se dedica a tomarse fotos para redes sociales con las manos en los bolsillos y la alcaldesa de los angelinos se paseaba, por algún motivo, en África.
Los bomberos, rebasados con múltiples incendios que apenas se han controlado en un 10%, adolecen de agua y equipo para combatir los fuegos. Hace un par de años, por cierto, California “donó” equipo contra incendios al gobierno fascistoide de Ucrania. Una verdadera vergüenza.
¿Y la policía? Más que ayudar a la población con su multimillonario presupuesto se dedican a evitar “saqueos”.
La reconstrucción de esta devastación tomará años, si no es que décadas. Y si el supuesto país más rico del mundo y el supuesto estado que por sí mismo es la “quinta economía mundial” no pueden defender a sus ciudadanos, incluyendo a los más ricos, luego entonces ¿son un estado fallido?
