La presidenta Claudia Sheinbaum se perfila para nombrar a una aliada y confidente de décadas como la principal representante de México en el Banco Mundial, en un momento en que la primera mujer presidenta de México trabaja para reducir la pobreza e impulsar el desarrollo.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público planea nombrar a la economista Diana Alarcón como su enviada a la institución con sede en Washington, según personas familiarizadas con el plan, quienes pidieron no ser identificadas porque no tienen permiso para hablar públicamente del tema.
¿Cómo ha colaborado Diana Alarcón con Claudia Sheinbaum?
Alarcón fue la asesora principal de Sheinbaum y coordinadora de asuntos internacionales durante su mandato como jefa de Gobierno de la Ciudad de México y la representó en eventos y foros en Washington durante la campaña a la Presidencia.
Alarcón se unirá a la junta directiva del Banco Mundial como directora ejecutiva suplente el próximo mes, poco después de las reuniones anuales del banco y el Fondo Monetario Internacional, dijeron las personas. Ayudará a dirigir una oficina que también está dirigida por España y representa a Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México y Nicaragua.
La oficina de prensa de Hacienda no respondió a una solicitud de comentarios.
España, cuyo rey no fue invitado a la toma de protesta de Claudia Sheinbaum, tiene previsto nombrar a un director ejecutivo cuando Ernesto Acevedo, el funcionario mexicano que ocupa actualmente el cargo, termine su mandato a finales de octubre. La oficina de prensa del Banco Mundial dijo que cualquier director ejecutivo debe aprobar a quien se convierta en el director ejecutivo suplente, sin hacer más comentarios.
Alarcón trabajó anteriormente en el Banco Interamericano de Desarrollo y las Naciones Unidas. Ha sido amiga y mentora de Sheinbaum, de 62 años, desde la década de los setenta cuando ambas participaron en el mismo movimiento político estudiantil.
Sheinbaum, la ‘protegida’ de su predecesor Andrés Manuel López Obrador, asumió el cargo el 1 de octubre con promesas que incluyen combatir la pobreza, reducir la desigualdad e impulsar la energía limpia, objetivos compartidos por el Banco Mundial.
