“Bonito León, Guanajuato,
la feria con su jugada,
allí se apuesta la vida,
y se respeta al que gana,
allá en mi León, Guanajuato,
la vida no vale nada”.
Maravillosa estrofa del inmortal José Alfredo Jiménez, guanajuatense ilustre que musicalizó México para el mundo. La Feria de León ha dado comienzo desde la semana pasada; la oferta de entretenimiento es amplia y variada: teatro del pueblo, palenque, conciertos y, como no podría ser de otra manera, toros, muchos toros, grandes carteles y la consolidación de la feria taurina como una de las más importantes de este país.
Sin duda, el crecimiento de la feria en todos sentidos lleva un apoyo determinante del gobierno, generando turismo y economía local; se llenan los hoteles, restaurantes y la ciudad zapatera por excelencia recibe a cientos de miles de visitantes que generan una importante derrama económica en la ciudad y el estado.
Espectáculos Monterrey, desde hace algunos años, ya ha potencializado esta feria de manera relevante. Trabajando de la mano con las autoridades para hacer de León una ciudad taurinamente muy importante, no solo por los carteles, sino por el eco que estos tienen en la afición leonesa, que está plagada de peñas, grupos, porras y buenos aficionados.
El próximo sábado, en punto de las cinco de la tarde, arranca taurinamente la feria con un cartel sin desperdicio. El primer espada es quien ha liderado el escalafón nacional en los últimos cuatro años en México, Ernesto Javier Calita, que alternará con el hidrocálido avecindado ahora en León, Juan Pablo Sánchez, y el jerezano, torero de arte y excelsas maneras, Ginés Marín, quienes se las verán con seis toros del hierro queretano de Xajay, ganadería cuyo concepto del toro bravo va de la mano de la emoción en la embestida.
El Calita es una buena historia taurina, hijo de matador de toros mexicano y madre sevillana; se hizo torero allá en la madre patria mostrando, desde sus inicios, buenas maneras y gustando. Se hizo matador en La México y estuvo enorme, pero como sucede en ocasiones, el “sistema” lo castigó; estuvo parado casi diez años, aferrándose a su vocación sin perder la fe en él mismo. Se apuntó a Feria Toro, corridas toristas que se dieron en el Cortijo Los Azulejos. De ahí salió triunfador y su mejor premio fue conocer al que hasta hoy es su apoderado, el empresario José Luis Alatorre, quien, además de buen aficionado, se ha convertido en un activo empresario taurino, manejando muchas plazas y dando muchos toros. La pareja ha sido exitosa y son una mancuerna que, como exponía líneas arriba, han liderado el escalafón por cuatro años consecutivos. Calita ve toro en todos lados, tiene una facilidad extrema para encontrarle la distancia a los toros, torea largo y con mucho sabor, tiene el valor sobrado para pasarse los toros cerca y es, sin duda, un primer espada de lujo.
El segundo espada también se hizo en España de la mano de uno de los grandes taurinos que ha dado esta cultura, don Pablo Lozano, que en paz descanse y cuyo legado no será fácil igualar para los actuales profesionales del toreo. Un sabio de todo lo referente al toreo, al toro, a la ganadería, la empresa y al arte. Esta mentoría, aunada al enorme talento natural de Juan Pablo Sánchez como torero, hace del hidrocálido el profesional que es hoy. Su temple natural, su gran conocimiento del toro en el ruedo y un valor poco vendido, pero muy sólido, hacen de Juan Pablo un gusto para el aficionado y el público. La madurez que hoy evidencia le ha llevado a tener un año 2024 excepcional y un 2025 que pinta aún mejor, viéndose totalmente acoplado con el matador Alfredo Gutiérrez, quien funge como representante bajo el apoderamiento de la casa Corona.
Cierra la tercia el hispano Ginés Marín, torero de arte con el capote, concepto elegante y bella estética en su toreo, además de un valor que le permite torear con lucimiento en prácticamente todos los toros. Ginés es, sin duda, un torero para México y él lo sabe y está en plena búsqueda de su consolidación como un torero consentido en nuestras tierras y León es una pieza clave en su carrera. Como guinda, el encierro de Xajay; en León embisten muchos toros, así nos frotamos las manos esperando que el arranque de feria sea triunfal para todos. Ahí nos vemos.