Los efectos de la democracia participativa​

Como sabemos, nuestro país vive un momento inmejorable de transformación a nivel nacional. Ese vigoroso instante tiene componentes muy interesantes que, evidentemente, fortalecen el futuro del territorio nacional. Para fortuna de México, Morena ganó la elección presidencial y, de paso, conquistó la mayoría de las gubernaturas que se jugaron a la par. Fue una manera clara de decir que, hoy por hoy, continúa habiendo un desencanto por la oposición, cuyos dirigentes, como resultado de su gestión, llevaron a la peor crisis institucional del PRIAN. Fue una pena, por ejemplo, el desenlace que vivió el PRD. De hecho, su extinción fue latente desde que sucumbió en el Pacto por México que fraguó la administración de Enrique Peña Nieto. A diferencia de esa etapa, el Sol Azteca no cambió en lo más mínimo.

Caso contrario, Morena ha consolidado su movimiento como partido político. Esa situación, de hecho, se logró con el triunfo abrumador de las elecciones del 2018 y 2024. Ambas, para tal efecto, fueron contundentes en las urnas. Pasó en el ejercicio para elegir al sucesor del presidente López Obrador. De igual forma, se votaron posiciones para el legislativo local y federal. Sin duda alguna, la coalición Seguimos Haciendo Historia dispondrá de gran representación en una y otra cámara. En efecto, hay argumentos sólidos que justifican el número de posiciones que tendrá Morena. Para ser más exactos, el movimiento de izquierda, una vez que el Instituto Electoral defina el dato de espacios conforme al resultado de las cinco circunscripciones del país, será mayúsculo.

Para tal efecto, Morena, de acuerdo con los cálculos, tendrá un total de 248 legisladores. En respuesta de un hecho inminente como ese, la oposición pretende polarizar el tema bajo la sobrerrepresentación proporcional que, sabemos, no existirá. La asignación, en efecto, se realizará de un momento a otro. En tal sentido, es una realidad que la coalición Seguimos Haciendo Historia contará con mayoría calificada para llevar a cabo la construcción del segundo piso de la llamada Cuarta Transformación. Y para fortalecer esa concepción, la ley electoral justifica perfectamente los cálculos de la fracción que integrará Morena en San Lázaro. En pocas palabras, la composición del Congreso, como ha trascendido, se quedará así.

Aunque, hay que decirlo así, la oposición no quitará el dedo del renglón para seguir presionando una concepción que, se sabe, está fuera de la realidad. No hay sobrerrepresentación. Durante estos días, de hecho, la misma Xóchitl Gálvez amagó con movilizar a la sociedad. Se trata, evidentemente, de una maniobra del PRIAN para llevar el tema a un punto de polarización. No sé si habrá alguna manifestación. Lo que sí es un hecho es que, sin duda, Morena contará con una fracción nutrida y vigorosa de 248 legisladores. Con ello, queda claro, el compás se abre para la consagración de una agenda sociopolítica que, en definitiva, defenderá a capa y espada la izquierda en el país.

Y ante la incapacidad de la oposición por conectar con la población civil, trata de personificarse como “defensores de las causas del pueblo”. Dado el inmenso respaldo que tienen las propuestas que ha priorizado Claudia Sheinbaum en el primer semestre de su gestión, el PRIAN queda nuevamente evidenciado con un mecanismo de simulación. Algo parecido a lo que aparentó la candidata del Frente Amplio por México en la alcaldía Cuauhtémoc. En efecto, la propia Fiscalía de la Ciudad de México, con argumentos sólidos, concluyó que —el supuesto hecho que sufrió Alessandra Rojo de la Vega— se trató de un montaje. Esa elección, a propósito, estuvo plagada de irregularidades que, al final de cuentas, influyó en el resultado. Hay una explicación sencilla: la derecha operó detalladamente un ejercicio fraudulento en el corazón de la CDMX. Siendo así, y en un contexto claro, Caty Monreal ganó la elección, no tengo la menor duda de ello.

Así que, por más que se esfuerce la oposición en adoptar un papel ciudadano, no tienen ninguna credibilidad con la población civil. La buena noticia, repito, es que Morena ganó la elección presidencial y la mayoría de las posiciones en el legislativo federal. Gracias a ello, ha iniciado la construcción del segundo piso de la llamada Cuarta Transformación. De hecho, faltan cuatro semanas para que los diputados y senadores electos tomen protesta. Teniendo muy claro el poder político que tendrá Morena, téngalo por seguro que, el futuro del país, caminará por la dirección correcta, máxime por las prioridades que ha puesto sobre la mesa la ganadora de la elección presidencial.

Si pudiéramos citar algunas conclusiones del importante triunfo de Morena en la pasada elección, eso significó un paso relevante, especialmente en el legislativo federal. En San Lázaro, por ejemplo, Morena tendrá, de acuerdo con la proporción que se ha hecho, 248 diputados, como una muestra clara de la democracia participativa, y de la voluntad de millones de mexicanos que depositaron su voto de confianza en la izquierda. A ello, evidentemente, hay que sumarle a los aliados del PT y Partido Verde Ecologista de México. Y, en un momento decisivo como el que vivimos, constituye un hecho trascendental, primero, porque se aprobará el proyecto de modificación al marco constitucional en el tema del poder judicial. Después de ahí, queda claro, vendrá una agenda integral, dado el compromiso que adquirió Sheinbaum en tiempos de campaña.

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