Mucho se ha dicho acerca de las posibilidades históricas que han tenido algunas regiones a lo largo del país en términos de desarrollo económico, infraestructura y servicios generales, así como el abandono de regiones, particularmente al sursureste de nuestro territorio nacional.
Este sigue siendo uno de los reclamos acerca de lo que en su momento fue analizado en el proceso de apertura de nuestro país a la economía global desde mediados de la década de los años 80s y de manera puntual con la entrada al acuerdo comercial de la región norteamericana en la primera mitad de la década de los 90s.
Al respecto, la Escuela de Negocios de la Universidad de Columbia ha publicado recientemente un artículo relacionado con la manera en la que una región en particular puede promover y estimular la innovación y el éxito empresarial (The Power of Place: How Location Fuels Innovation and Entrepreneurial Success; Jonathan Sperling, Columbia Business School, Julio 2024). Dicho artículo analiza los trabajos de investigación en la materia a cargo del profesor Jorge Guzmán (División de Administración de la Escuela de Negocios).
Una variedad de factores tiene que ver con el desarrollo de una economía regional próspera como el Silicon Valley en el norte del estado de California, ampliamente conocida por su alta concentración de innovación tecnológica.
¿En qué consiste exactamente aquello que hace que ciertas regiones se consideren por empresarios e innovadores para el desarrollo de una actividad empresarial en particular? Este es precisamente el enfoque de la investigación a cargo del profesor Guzmán.
Como experto en políticas, desarrollo y estrategias empresariales, el profesor Guzmán entiende a profundidad el rol que desempeña la ubicación geográfica de los proyectos en la toma de decisiones, el lograr relaciones y conexiones entre pares en la región y el impacto que la proximidad geográfica tiene entre negocios similares. Estos factores pueden tener implicaciones considerables en relación con los resultados del negocio y la posibilidad de que este sea adquirido eventualmente en condiciones atractivas para los inversionistas originales.
El profesor Guzmán es asimismo el autor de una investigación (Startup Cartography Project) que mide en términos cuantitativos y cualitativos el desempeño de empresas a lo largo del territorio norteamericano utilizando análisis de carácter predictivo.
El análisis arroja en forma interesante que la brecha entre ciudades prósperas y ciudades pobres se ha venido ampliando en forma preocupante en los últimos años en el territorio norteamericano. Una de las razones de lo anterior tiene que ver con la manera en la que distintas ciudades son efectivamente capaces de tomar ventaja de la economía de la innovación: un ecosistema que pone en el centro al empresariado, la colaboración y la innovación, como motivaciones económicas claves.
En el pasado, las soluciones para aliviar el impacto de la innovación en la inequidad se enfocaban en programas de capacitación de mano de obra, lo cual presumía implícitamente que los trabajos orientados hacia la innovación estaban disponibles en la mayoría de las regiones para aquellas personas que estuvieran capacitadas en la materia. Este no es el caso cuando regiones enteras están quedándose atrás.
La norteamericana es actualmente una economía de innovación abierta. Prácticamente, todas las empresas exitosas han tomado y depurado ideas de empresas más pequeñas y son el producto de la adquisición de otros agentes en el mercado relevante, en muchos casos en el ámbito local.
Finalmente, comenta el profesor Guzmán que para tomar ventaja de una ubicación regional estratégica se requiere no únicamente ubicarse en el lugar adecuado, sino relacionarse con aquellos agentes económicos que se desarrollan en la región, lo cual frecuentemente atrae ideas, relaciones, oportunidades de colaboración, de inversión y, eventualmente, de ser adquiridos en términos atractivos para los inversionistas originales del negocio.
Existen desde luego requisitos esenciales para que un negocio se desarrolle exitosamente en una región en particular, y que dicha región aspire, efectivamente, a convertirse en un cluster en el que coexistan cadenas de valor asociadas a un sector en particular.
Estos elementos pasan no solamente por infraestructura básica en términos de energía eléctrica, agua, conectividad, sino en la posibilidad de contar con mano de obra adecuada, un sistema de respeto efectivo a los derechos de propiedad y condiciones de seguridad cuya ausencia afecta a los negocios y a las personas.
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