Ya había escrito una columna al respecto: “La amenaza de Lex Luthor”. En ella, recordé un cómic en el que Lex Luthor y Doc Ock se dirigen al espacio para tomar el control de una máquina meteorológica, con el fin de destruir toda la civilización a menos que a Luthor se le paguen 10 mil millones de dólares. Es la primera vez que me hice consciente del poder que tiene el clima en nuestra supervivencia como especie.
Si conectamos la amenaza de Lex Luthor con lo que pasa en el mundo con la crisis del agua, es un hecho que una de las inversiones más importantes de la humanidad tendría que ser en tecnología climática. Nuestra dependencia de las condiciones climáticas es tan alta, que cualquier variación puede desequilibrar la cadena de producción y suministro de alimento del mundo. Para muestra, los tornados que azotan a América, que cada vez aumentan más su intensidad.
Hace unos días, Google anunció un avance tecnológico que podría cambiar el rumbo de nuestra lucha contra el cambio climático. Su nuevo modelo de predicción climática, NeuralGCM, combina inteligencia artificial y simuladores basados en física para ofrecer pronósticos precisos a corto y largo plazo. Este modelo es un salto significativo en la precisión de las predicciones climáticas y meteorológicas, utilizando la capacidad de aprendizaje automático junto con los Modelos de Circulación General (GCM, por sus siglas en inglés), que han sido la base de las predicciones climáticas durante décadas.
Según el equipo de investigación de Google, NeuralGCM puede procesar simulaciones en cuestión de horas usando una sola unidad de procesamiento tensorial (TPU) personalizada por Google, comparado con los días que tomaría usando miles de núcleos de CPU. Esta eficiencia computacional permite realizar tareas anteriormente impracticables, como la previsión de grandes conjuntos de datos.
La amenaza climática es una realidad inminente que debemos enfrentar con las mejores herramientas disponibles. NeuralGCM no solo ofrece precisión en los pronósticos, sino que también es un modelo accesible gracias a su código abierto en GitHub. Esto abre la puerta a que más científicos e investigadores colaboren y mejoren las predicciones climáticas, ayudándonos a mitigar y adaptarnos a los cambios que ya estamos experimentando.
Ya no se trata solo de interpretar datos climáticos históricos, sino de anticipar futuros eventos con una precisión sin precedentes. Este avance no solo beneficiará a los meteorólogos, sino también a sectores como la agricultura, el transporte y la gestión de desastres, que dependen de predicciones climáticas fiables para operar entre todos los países de manera eficiente y segura.
Un ejemplo reciente de que esta colaboración es posible, es el proyecto DART (Double Asteroid Redirection Test) de la NASA, que demostró la capacidad de desviar un asteroide, algo que hace décadas solo era posible en la ciencia ficción. Este hito no solo muestra el poder de la tecnología, sino también la importancia de la colaboración y la innovación humana en la resolución de problemas globales.
Así como necesitamos a los Lex Luthors (buenos) del mundo para controlar y rescatar al clima, también debemos construir comunidades cohesionadas que puedan enfrentar estos desafíos juntos. La cohesión de una comunidad se basa en ideales, leyendas y héroes que representan los valores y creencias compartidas.
En última instancia, la tecnología y la comunidad deben trabajar de la mano para enfrentar los desafíos del futuro. Ya sea a través de avances en inteligencia artificial, la adopción de prácticas sostenibles o la creación de movimientos que promuevan el cambio positivo, cada paso que damos nos acerca a un futuro más seguro y sostenible.
La amenaza de Lex Luthor ya no es una fantasía de cómic; es una realidad que enfrentamos cada día cuando existen países o empresas que concentran el poder. Pero con la inteligencia colectiva y la tecnología avanzada, tenemos las herramientas para no solo prever el futuro, sino también para moldearlo en beneficio de toda la humanidad.
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