Bye-bye, Tesla (2)​

El 16 de abril, hace ya poco más de tres meses, escribí un texto que titulé “Bye-Bye, Tesla”.

Revelaba entonces que todos los signos indicaban que la empresa de Elon Musk había decidido, por lo pronto, ya no construir su planta en Santa Catarina.

Aunque ninguna fuente oficial lo confirmó y los funcionarios del gobierno de Samuel García decían que el proyecto seguiría, para todos los informados era muy claro que, por lo menos, el proyecto entraba en pausa.

La razón más obvia es que el equipo ejecutivo que se había contratado para la construcción de la planta dejó de operar.

Tesla mantuvo solamente a la estructura dedicada a la comercialización de vehículos importados de EU, para su venta en México.

El martes pasado, en una conferencia con inversionistas para explicar los resultados trimestrales de la empresa, el CEO de esta, Elon Musk, ya no dejó lugar a dudas y anunció formalmente que detenían la inversión.

El gobierno de Nuevo León dice que aún no recibe comunicación oficial. En el caso de Musk, eso es irrelevante.

Su candidato favorito, Donald Trump, le dio el pretexto perfecto.

Musk explicó que como Trump estaba considerando imponer un arancel a los vehículos construidos en México, era mejor esperar a las elecciones y observar lo que ocurriera después de éstas.

La realidad es que las ventas de Tesla están muy por debajo de lo que Musk pretendía. En el segundo trimestre de este año cayeron 7 por ciento respecto al mismo periodo de 2023.

Los consumidores norteamericanos han preferido otras marcas.

En el segundo trimestre, las ventas totales de autos en EU retrocedieron en 0.4 por ciento, una cifra muy inferior a la caída que tuvo Tesla.

Además de los aranceles, Trump sí está valorando, en caso de ganar, retirar el crédito fiscal para los autos eléctricos que estableció Biden como parte de su Ley para Reducir la Inflación, y que puede alcanzar hasta 7 mil 500 dólares por vehículo.

Sin ese incentivo, la expectativa para Tesla sería todavía más pobre.

Para el estado de Nuevo León, el que se posponga indefinidamente este proyecto tiene mucho de emblemático, aunque la realidad es que la inversión sigue llegando al estado.

En marzo de 2023, cuando se anunció la construcción de la planta con una inversión que podría ser del orden de 5 mil millones de dólares y llegar en todas sus fases hasta 10 mil millones, se consideró este anuncio de Tesla como el mejor ejemplo del nearshorig.

Pues ya hay que borrarlo.

Sin embargo, hay otros proyectos importantes que siguen en marcha como el ducto y la planta de licuefacción de Mexico Pacific Limited, que se construye en Puerto Libertad, Sonora, y que incluye un ducto de 800 kilómetros que llevará el gas desde Texas.

La estimación de la inversión completa ronda los 15 mil millones de dólares.

Otro proyecto que también camina es el de Trion, en el que se asoció Woodside Energy con Pemex, para desarrollar un pozo de aguas profundas en el Golfo de México, que podría producir hasta 110 mil barriles diarios de crudo ligero.

La inversión se calcula en alrededor de 7 mil millones de dólares.

Nadie duda que el efecto emotivo de la cancelación de la planta de Tesla es muy grande.

Pero eso no significa que otros proyectos de empresas extranjeras y nacionales se hayan suspendido.

De acuerdo con algunos desarrolladores de parques industriales, lo que sí se observa es que hay algunos que han puesto en pausa proyectos, hasta saber cuáles serán las políticas de la administración de Sheinbaum, y quién ganará y qué políticas emprenderá la nueva administración de los Estados Unidos.

Hasta el domingo pasado, todo indicaba que Trump iba en ‘caballo de hacienda’ hacia el triunfo.

Con la nueva candidata demócrata, Kamala Harris, las cosas ya no son tan claras.

Las encuestas publicadas esta semana, tras la declinación de Biden, marcan una distancia menor frente a Harris, que apenas comienza a hacer campaña.

Así que la historia aún no se ha escrito.

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