Siempre fue ‘his way or the highway’​

“Lección de vida: con los miserables, entre más apertura muestres, peor te va.”

REFLEXIÓN

Norma Piña, la SCJN, el Consejo de la Judicatura, el Poder Judicial nunca tuvieron oportunidad. Haríamos bien en internalizar eso de una vez por todas.

El objetivo de Andrés Manuel López Obrador, mismo que secunda Claudia Sheinbaum, ha sido tener más CARGOS que repartir entre los sedientos morenistas que hay y los que vendrán… No les alcanzan los del Poder Ejecutivo ni los del Poder Legislativo.

¿Mejorar la impartición de justicia? ¿Eliminar la supuesta corrupción que inunda al tribunal supremo, a las magistraturas, a los juzgados, al aparato judicial? Baaah… excusas. ¿Los foros para discutir la reforma al PJ? Una distracción más del régimen. Y los miembros del ámbito jurídico han caído redondos en esa trampa, perdiendo tiempo y dinero y esfuerzo. Muchos de sus integrantes incluso salen vapuleados y humillados a foco en TV.

Pende sobre la Suprema Corte de Justicia de la Nación una sentencia de muerte. No hay más. Fue signada por López Obrador en febrero del presente año cuando mandó su iniciativa de reforma. La instrucción la revivió tras SU apabullante victoria electoral de este 2 de julio y tendrá efecto cuando la voten en el Congreso de la Unión en septiembre.

Poco importa que otra reforma al Poder Judicial se dio ya en el 2021 y que aún no se concluye; que está en marcha, pues. Esa reforma la impulsó el entonces ministro presidente de la Suprema Corte, Arturo Zaldívar, ¡y la avaló y propició López Obrador!

Pero dicha reforma hoy ya no basta porque esta otra, la de ahora, que nace del hígado del primer mandatario, no tiene nada qué ver con aquella del 2021 y no tiene otro objetivo más que descabezar al Poder Judicial (ministros, magistrados y jueves federales son el blanco), terminar con la división de poderes y subyugarla a la autoridad imperial (no en balde, AMLO vive en un palacio virreinal).

El enterrador del PRI es Alito Moreno; los de la cúpula del Poder Judicial federal son López Obrador, Zaldívar y los legisladores que votarán a favor de esa reforma mortal, incluidos uno que otro emecista y priista, además de una mayoría conformada por ‘Seguimos Haciendo Historia’. No hay más.

Lo que en la comentocracia no se ha querido ver ni aceptar es que la reforma al Poder Judicial es el típico juego de suma cero. Cero para el jugador del ámbito judicial, esto es.

La 4t va a hacer lo que se le dé la gana porque puede y porque quiere. El país va a perder con ellos.

Poco importan las llamadas al diálogo de los ministros en los foros de la reforma judicial, menos aún la brillante y puntual participación de Norma Piña anoche con Leonardo Curzio.

Ni siquiera es que se deba decir ‘demasiado poco o demasiado tarde’. No. Aquí ocurre como lo que sucedió con el frente opositor y con la elección de Estado de este año: nunca se tuvo posibilidad de ganar/de salvar algo, pues la cancha estuvo mucho muy inclinada en su contra desde un principio.

¿O qué? ¿Ya se les olvidó a todos la campaña de desprestigio que AMLO lanzó desde hace años contra el poder y aparato de justicia en México? ¿Quieren que cuente las veces que denostó a jueces y ministros en su día a día, en cada recorrido por el país que ha hecho el hoy presidente desde hace 20 años? Les aseguro que son muchas más veces que las acusaciones que ha hecho contra Carlos Loret de Mola (y ya es un decir). El periodista tiene más chance de sobrevivir que el Poder Judicial, así se las pongo.

Claro que tiene un sentido de decoro que Norma Piña, que la SCJN, que el Consejo de la Judicatura, que algunos jueces, que la estructura judicial muestren disposición al diálogo. Que den cátedras de derecho en cada uno de los foros; que se comporten de manera institucional hasta el final. Desafortunadamente la suerte ya está echada y su futuro y la de todo el Poder Judicial ya estaba cantado.

Escuchen a uno de los verdugos del Poder Judicial. Zaldívar se erigió como juez supremo en el programa de Ciro Gómez Leyva para decir “si alguien no tiene autoridad moral para hablar de grupos de poder y su intervención del poder Judicial es Norma Piña. Ella se alió con la oposición en pleno proceso electoral”. ¡Vamos! ¡Que lo diga él que, siendo presidente de la Suprema Corte, recibía llamadas de López Obrador para gestionar de tal o cual manera los casos judiciales es de un cinismo inaudito! Que Ciro Gómez Leyva y Grupo Fórmula presten sus micrófonos para ese atraco a la nación es un grito a voces de lo que viene.

Los miembros del Poder Judicial han expuesto de mil formas, todas ellas educadas y partir del conocimiento, las razones por las que los juristas y prelados deben ser gente preparada y con experiencia/con carrera en el Poder Judicial. Sin embargo no escuchan lo que les ha respondido, palabras más, palabras menos, López Obrador: para esos cargos, es mejor la gente improvisada. Lo que es más, ya le mandó decir a la ministra presidenta que él no quiere hablar con ella; que si acaso hable con Luisa Alcalde, secretaria de Gobernación…

Para variar, el mensaje que dio Claudia Sheinbaum fue idéntico al del presidente. Y bueno, Ricardo Monreal —en su papel de senador insolente— le señaló a la presidenta del Poder Judicial que el diálogo es con el Poder Legislativo… Olvidó mencionar que él y todos los de su bancada no hacen otra cosa más que acatar de manera ciega a López Obrador… Sí, el que presume de ser maestro en derecho por la UNAM ha olvidado eso de la autonomía de cada uno de los poderes de la Unión. Vergüenza debería de darle violentar así su profesión y la Constitución.

Ante la advertencia de Norma Piña del peligro que significa la reforma judicial en los términos que se han planteado originalmente, la respuesta de la 4t solo vislumbra lo que ha sucedido cada vez que se le presenta la disyuntiva a López Obrador: él escoge lo que ideó desde un principio, no importando los costos económicos, normativos, sociales, ecológicos, educativos o de salud para el país y su población.

López Obrador le está aplicando a la presidenta de la SCJN y al Poder Judicial en su conjunto la expresión anglosajona: “my way or the highway”. A mi manera o por la mala. Y la mala será. Claro que sí.

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