Es cuestión de semanas para que la nueva legislatura tome protesta en ambas cámaras. Esto implica, por supuesto, ir afinando los detalles de planeación y organización frente a los grandes desafíos que vivirá. De hecho, quienes tienen la fortuna de participar en la construcción de una agenda integral saben perfectamente el compromiso social a través del mandato popular, especialmente los diputados y senadores electos de Morena. Tienen, por así decirlo, la oportunidad inmejorable de seguir haciendo historia en el territorio nacional. Al mismo tiempo, tendrán la obligación moral de defender el proyecto, pero, además de ello, involucrarse en esas tareas claves por medio de los distintos mecanismos de participación.
Algo parecido a lo que se está llevando a cabo en los foros de participación y, desde luego, en el parlamento abierto. De hecho, mediante ese mecanismo participativo se ha generado una corriente de opinión previa, tomando en cuenta que, en unas semanas, se integrará la nueva asamblea legislativa en ambas cámaras. Al respecto cada uno de los diputados y senadores electos han ido acudiendo al llamado para ir conduciendo el tema más importante. Hablamos de la iniciativa de reforma al poder judicial. Ese punto, en efecto, ha transitado en varios espacios y entidades federativas. El mismo Ricardo Monreal, futuro coordinador de Morena en San Lázaro, continúa recorriendo el país.
En esa constante comunicación con los representantes electos del pueblo, Ricardo Monreal, fiel a su estilo, ha ido definiendo las prioridades que la misma Claudia Sheinbaum ha puesto sobre la mesa. Como resultado de ello, los mismos gobernadores y gobernadoras se han sumado al llamado para cerrar filas en torno al proyecto de iniciativa de reforma al poder judicial. Bajo esa perspectiva, el propio zacatecano, como protagonista principal de este proceso, está aprovechando al máximo esa capacidad legislativa para ir agrupando a quienes trabajarán arduamente desde San Lázaro a fin de construir el segundo piso de la llamada Cuarta Transformación.
Monreal, con esa capacidad probada y comprobada, vuelve a ser el hilo conductor de las reformas constitucionales. Ayer, de hecho, tocó el turno de visitar Chiapas, una de las entidades que, bajo ese compromiso, tendrá un impacto positivo para avanzar a la modernidad, pues Eduardo Ramírez, gobernador electo, ha diseñado un programa que, desde luego, contiene acciones de beneficio social que vienen encaminadas a garantizar una mayor calidad de vida. Siendo así, se trata de un diseño bien detallado que, en tiempos de campaña, se fortaleció a través de la participación social.
Otro de los asuntos claves en la entidad de Chiapas, es apuntalar la agenda legislativa que, en principio, ha propuesto la presidenta electa. Como sabemos, se requiere mayoría calificada en ambas cámaras legislativas y, con ello, la mayoría en los congresos locales. En Chiapas, por ejemplo, Morena tendrá amplio dominio en el legislativo. Estamos entonces, en el marco perfecto para concretar las propuestas que, como sabemos, están en manos de los protagonistas de este nuevo ejercicio. Para enfrentar ese desafío, claro está, Ricardo Monreal se ha ido reuniendo no solamente con diputados electos, sino con gobernadores. Para ello, definitivamente, Eduardo Ramírez, aliado incondicional del zacatecano, asumió su responsabilidad irrestricta para empujar los temas, pues él, se sabe, será un referente que influirá en la toma de decisiones.
Así se pudo observar en el foro de participación de la iniciativa de reforma al poder judicial. Como sabemos, tanto Ricardo Monreal, como Eduardo Ramírez, jugaron un papel preponderante en la cámara alta. De hecho, Ramírez, en ausencia de Monreal en el Senado, tomó la batuta de la coordinación y, durante ese lapso, entregó buenas cuentas y resultados. Eso justificó la reunión de trabajo que sostuvieron ayer mismo. Bajo esa premisa, entonces, se pondrá en práctica el propósito principal de iniciar la construcción del segundo piso de la 4T.
Lo primero que se contempla, claro está, es generar las condiciones para sacar adelante la iniciativa de reforma al poder judicial. Y si, tal y como se ha expuesto a lo largo y ancho del país, el tema avanza por la dirección correcta luego de la puesta en marcha del parlamento abierto. Es verdad, Norma Piña, ministra presidente de la Suprema Corte de Justicia, ha metido mucha presión, inclusive invitó al mismo presidente López Obrador a debatir. El diálogo, como dice Monreal, es en el legislativo y en el parlamento abierto. Por ese motivo, el mandatario federal declinó adoptar una postura de réplica, pues su posición, en definitiva, es muy clara para reformar de una vez por todas al poder judicial.
No hay marcha atrás: septiembre es el mes clave para reformar el marco constitucional. De hecho, la mayor parte de la sociedad estamos de acuerdo en esa modificación luego de atestiguar los abusos y excentricidades del poder judicial en México. Esto implica, por supuesto, explicar el contenido detallado en un proyecto que, a lo largo y ancho del país, se discute en foros abiertos guiados, desde luego, por los principales protagonistas que han puesto de manifiesto el diálogo. Si hacemos un balance rápido, el tema camina a pasos agigantados.
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