Más de una voz cuatrotera se ha levantado durante el sexenio para reclamarle al régimen el porqué Enrique Peña Nieto goza de un capelo protector, pues no lo tocan ni con el pétalo de una rosa, y que le permite vida de millonario en Madrid, a pesar de que, a la vista, durante su gobierno florecieron varios gobernadores y funcionarios priistas que ni clips dejaron en sus oficinas.
Más de uno de los seguidores amlistas que hoy aplauden a Claudia Sheinbaum, virtual presidenta electa, han protestado en diferentes y abundantes espacios por la impunidad que le otorgó a Peña Nieto la naciente ‘4T’, instalada en Palacio Nacional. Sin embargo…
Redoble de tambores y reflectores en el cielo
Nada es casual ni gratuito.
Lo primero que AMLO le reconoció y reciprocó a Peña fue que no movilizó los presupuestos ni operó con los recursos disponibles, ni manipuló a los gobernadores que le quedaban para retorcer la elección de 2018 en la que AMLO, a la tercera finalmente, arrasó.
Así, Peña tejió ese invencible blindaje que le permitió retirarse a España a gozar de los jabugos y rodaballos, bañados con caldos tan finos como los Vega-Sicilia de Valladolid; vamos, sin tener pendiente alguno.
Sucedió algo más, altamente significativo.
Peña se allanó ante las dimensiones de la ola que lo revolcó y que descolocó a su quesque nuevo PRI, así como a los restos que pervivían de aquel régimen priista cuasiimperial.
El mexiquense prácticamente abdicó… sin el prácticamente, abdicó en favor de AMLO al día siguiente de la elección de julio de 2018, dejándole toda la consola de control del gobierno, sin restricciones ni rodeo alguno.
La realidad se condujo bajo el principio rector que rige desde sus inicios a la internet: toda la información para todos, todo el tiempo, en todos los dispositivos.
Eso hizo el abdicante allanado Peña, y con esa conducta ante el arribo triunfal de AMLO hizo sellar por la ‘4T’ su pasaporte, sus pasajes de avión y todos sus registros con el palio protector de la UIF, de Santiago Nieto, y también de Pablo Gómez.
Ni un pétalo de rosa contra el saliente, pese a todas las denuncias que hizo AMLO durante todo el sexenio y en campaña por temas de corrupción e impunidad del gobierno de EPN.
En pocas palabras: buenos arreglos entre el saliente y el triunfante, que a la tercera impuso ‘la vencida’.
Un carajillo doble
Todo esto a propósito de lo que está sucediendo con los preparativos del relevo en el Senado, donde Ricardo Monreal entregará las manijas del control a Adán Augusto López, paisano de las tierras del Edén, gracias a que AMLO le trazó a Morena, por no decir ordenó, los premios para las corcholatas aspirantes según el lugar en que quedaban.
Ya viene Adán Augusto y Monreal ya toma camino hacia San Lázaro, donde impondrá su ley a través de los suyos.
Pero hay una característica destacada del relevo en el Senado, a imagen y semejanza de lo que se hicieron Peña y AMLO a la entrega de la Silla del Águila.
Botana y otro carajillo
El principio básico de la entrega de estafeta es que Monreal está plenamente allanado ante Adán Augusto.
Otra vez como la internet: toda la información, todo el tiempo, todos los aparatos.
Ya hay un buen acuerdo entre Adán y Ricardo: tengan todo, pero con una condición homóloga a la que AMLO le concedió a Peña, que es la impunidad y la vista gorda para los múltiples pendientes que se van a quedar en las finanzas y administración de la Cámara alta.
Personajes como Mauricio Farah, desde la Secretaría General; Andrés Lozano, en el OIC, y gente en la Tesorería, operan para dejar todo “atado y bien atado” en el Senado, como dijera antes de irse Francisco Franco, el tirano español que les duró más de tres décadas.
¿Será que Adán corresponderá con auditorías blandas y amigables a cambió de las órdenes que ya giró Monreal de que entreguen todo, sin guardaditos escondidos ni cochinitos adyacentes?
Quid pro quo… entrega-recepción tersa y sin sobresaltos, sin escándalos que exhiban las bajezas de la ‘4T’, a cambio de que no auditen las plomerías y drenajes atascados que Monreal deja en el Senado.
Nada nuevo bajo el Sol.
Banco Azteca, más fuerte que nunca
Para los malquerientes de Banco Azteca, su horóscopo del día dice no comer aguacate, pues déjenme contarles que The Banker, la famosa revista del sector financiero, parte del FT Group, publicó el 9 de julio su ranking Top 1000 World Banks.
Este ranking es un índice de solidez, fortaleza y rentabilidad de los bancos a nivel global. La nota es que, a propios y extraños, sorprendió el crecimiento constante de Banco Azteca, presidido por Alejandro Valenzuela.
Con decirles que el banco mexicano ha escalado como 300 posiciones en los últimos años y en 2024, 65 lugares, posicionándose en el lugar 557 de todo el mundo. Y esto no es todo, ya que lo más impresionante es que ya está en el lugar 21 de los bancos más fuertes de toda América Latina. ¡Así como lo están leyendo! Gran reto tiene Tonatiuh Rodríguez, recientemente nombrado director general. Sin embargo, me dicen que tiene para esto y mucho más.
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