La verticalización inmobiliaria es una tendencia global que ha transformado el paisaje urbano de muchas ciudades alrededor del mundo, ciudades clave de México como la Ciudad de México. Monterrey, con su rápido crecimiento demográfico y económico, está en el umbral de una transformación similar.
La población de Monterrey ha crecido significativamente en los últimos años, alcanzando aproximadamente 5,784,442 habitantes en 2024. Este crecimiento se debe en parte al nearshoring, con casi 500 nuevas empresas que se introducirán en estos años y a la inversión de empresas extranjeras, que han impulsado la demanda de viviendas y espacios comerciales.
Con el suelo urbano cada vez más escaso, la verticalización se presenta como una solución inevitable y necesaria para acomodar a la creciente población. Al observar ejemplos internacionales y nacionales, se pueden identificar varios indicios de que Monterrey está siguiendo el mismo patrón de verticalización.
Desarrollo Económico: La afluencia de inversiones y el crecimiento del sector empresarial están creando una mayor demanda de espacios eficientes y céntricos.
Políticas Urbanas: Las iniciativas gubernamentales que promueven la densificación y la reutilización de espacios urbanos son señales claras de un cambio hacia la verticalización.
Incremento de Proyectos Verticales: En los últimos diez años, el número de proyectos verticales en Monterrey ha crecido cinco veces. La zona centro y San Pedro Garza García son ejemplos claros, con 39 proyectos en desarrollo, lo que representa más de 594,000 metros cuadrados de construcción y la capacidad de albergar a 17,986 nuevos habitantes.
Uso Eficiente del Espacio: Maximiza el uso del suelo limitado, permitiendo un mayor número de viviendas y espacios comerciales en áreas céntricas.
Acceso a Servicios: Facilita la proximidad a servicios esenciales como hospitales, escuelas y comercios, mejorando la calidad de vida de los residentes.
Impacto Económico: La concentración de viviendas y comercios en áreas verticales puede impulsar la economía local, generando empleos y oportunidades de negocio.
Sin embargo, la mayor densidad puede aumentar la congestión vehicular y la presión sobre la infraestructura de transporte. La construcción y mantenimiento de edificios altos son más costosos, lo que puede impactar en los precios de las viviendas.
Si no se gestiona adecuadamente, la verticalización puede aumentar las emisiones y otros problemas ambientales.
A pesar del dominio actual de las propiedades horizontales, el crecimiento continuo de la población y las limitaciones de espacio urbano sugieren que la verticalización ganará terreno.
Las familias que tradicionalmente prefieren viviendas horizontales podrían encontrar cada vez más atractivas las ventajas de vivir en desarrollos verticales, especialmente en términos de accesibilidad y proximidad a servicios.
La transformación de Monterrey en una ciudad vertical es un proceso que refleja patrones observados en otras partes del mundo y en México. La combinación de factores económicos, demográficos y políticos sugiere que la verticalización será una característica prominente del futuro desarrollo urbano de la ciudad.
En general el producto de la expansión vertical y de otras razones específicas es que los mercados residenciales de Monterrey y Guadalajara se acercan a la Ciudad de México (CDMX), que lidera las ventas a nivel nacional.
Hasta finales de 2023, la participación de ambos era de 29 y 30 por ciento, respectivamente en las ventas totales residenciales, luego de que la CDMX concentra 36 por ciento de las 3 mil 728 unidades que se desplazaron en el último tercio del año.
Este dato es revelador del crecimiento de las zonas urbanas en ambas ciudades, pero también plantea retos importantes respecto al acceso a servicios urbanos que determinen un desarrollo sano y estable.
El autor es analista de Customer Success en el sector inmobiliario.
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