Sergio Mayer: la manzana de la discordia​

Vaya tunda que ha recibido Sergio Mayer tras ser designado diputado plurinominal por Morena.

Y es que el actor, bailarín y megalómano es el menos indicado para sentarse en el Congreso y seguramente no hacer nada, más que cobrar un jugoso e inmerecido salario.

El ex Garibaldi fue diputado federal de 2018 a 2021 por el partido guinda. En ese periodo obtuvo la presidencia de la Comisión de Cultura y Cinematografía, pese a recibir fuertes críticas en redes sociales e incluso activistas e intelectuales se manifestaron en San Lázaro contra el nombramiento.

A Mayer le regalan una pluri en el momento menos adecuado: se necesita unión y compromiso para no defraudar a los más de 30 millones de personas que le dieron su voto a Claudia Sheinbaum, cuyo gabinete, al menos la parte que conocemos, tiene personalidades de primer nivel.

¿Qué hace un personaje como Sergio ocupando una diputación? Por lo pronto, dividir a los guindas. Y la división no es la mejor opción. No olvidemos la máxima de “divide y vencerás”.

Mayer Bretón tiene varios negativos: fue acusado de recibir “moches” del 30% cuando estuvo al frente de la Comisión de Cultura, se enojó cuando no fue reelegido en una plurinominal años después y despotricó contra Morena, además que se le fue a la yugular al presidente López Obrador por el proyecto del Tren Maya, acusándolo de ecocidio y en el colmo, marchó junto con la marea rosa para “defender al INE”. Sí, Mayer se presentó muy orondo en aquellas manifestaciones que alardeaban que en México no había democracia y que se fraguaba desaparecer al Instituto Nacional Electoral.

Con todo eso, se sacó la lotería sin comprar boleto y de sopetón le dieron una pluri, ante el asombro de personalidades como Citlalli Hernández, quien se dijo sorprendida por el regreso del actor a las filas morenistas.

“Yo no sabía que iba a estar Sergio Mayer. Yo no lo comparto. Me parece que no tiene lógica, desde mi punto de vista. No aporta (…) No comparte la visión de la 4T”, dijo la secretaria del partido en una entrevista.

Sin embargo, a Mayer lo arropan algunos de los guindas, como Mario Delgado, quien lo apapachó y hasta elogió, es más, él lo impuso, o le ofreció la pluri, lo mismo da. También Rafael Barajas, el Fisgón, arremetió contra los malquerientes del ex Garibaldi y les pidió que “se callen, que maduren, que crezcan, que sean responsables”, pues si lo sacan se desataría una “cacería de brujas” para que saquen a más legisladores y se pierda la mayoría calificada que “tanto trabajo nos costó sacar adelante”.

Yo le diría al afamado “Monero” que no se trata de hacer bulto, se debe tener calidad, preparación, compromiso, pues ante el momento histórico que vivimos, con una mujer de la talla de Claudia Sheinbaum en la presidencia del país, lo que menos necesita Morena es a alguien del show business para atraer reflectores. No hace falta, es más, estorba.

La designación de Sergio en una diputación es un negrito en el arroz, no podemos negarlo.

Quien traiciona una vez, traiciona dos. Y Mayer ha sido traicionero. ¿Por qué habrían de confiar en él? No sea que al rato nos salga con alguna sorpresita y los que hoy lo defienden tengan que aceptar su error.

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