Islandia está viviendo nuevamente bajo la amenaza constante de su naturaleza volcánica. El volcán de Grindavík, situado en la península de Reykjanes, ha estado en erupción continua desde diciembre de 2023, afectando a la población local y atrayendo la atención internacional.
Desde el inicio de las erupciones, que comenzaron después de una serie de terremotos, se han formado grandes fisuras en la tierra, algunas de hasta cuatro kilómetros de largo. Estas fisuras han liberado flujos de lava que, en sus primeras horas, alcanzaron alturas de casi 30 metros, según reportes de geólogos de la Oficina Meteorológica de Islandia.
La ciudad de Grindavík, que ha sido evacuada previamente debido a la actividad volcánica, sigue bajo amenaza. Los expertos monitorean constantemente la situación para predecir si la lava podría dirigirse hacia áreas habitadas o infraestructuras críticas, como la planta de energía geotérmica de Svartsengi. Las autoridades han construido muros de roca para desviar los flujos de lava y proteger tanto la ciudad como las instalaciones energéticas.
Además, el aeropuerto internacional de Keflavík, ubicado cerca del área afectada, ha mantenido sus operaciones normales, aunque las autoridades advierten a los viajeros que estén atentos a las actualizaciones oficiales debido a posibles cambios en la actividad volcánica.
Islandia, conocida por su impresionante paisaje de «fuego y hielo», continúa demostrando la fuerza de su actividad geológica. Los residentes están acostumbrados a adaptarse a estos eventos naturales, pero cada erupción trae nuevos desafíos y recordatorios de la potencia de la naturaleza.
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