Debí tirar más fotos, el nuevo disco que Bad Bunny estrenó el pasado 5 de enero, es un álbum cargado de nostalgia, que se ha vuelto muy popular e incluso existe un trend de TikTok con la canción ‘DtMf’.
Pero, ¿llegaste a ver los pequeños cortos que aparecen junto a las canciones? Si es así habrás notado que todos ellos están protagonizados por una ranita muy curiosa, la cual llamó la atención de muchas personas.
¿Quién es el sapo que aparece en las canciones de Bad Bunny?
Ante esta situación, Benito Antonio Martínez Ocasio, el nombre completo del cantante, compartió que se trata de una especie real originaria de Puerto Rico llamada el sapo concho, quien actualmente se encuentra en peligro de extinción.
“El protagonista de mi álbum no es un coquí, es el sapo concho, una especie también nativa de Puerto Rico y en peligro de extinción”, explicó ante la confusión que se provocó sobre este personaje.
Este no solo aparece en los cortos de las canciones de Bad Bunny, sino que también es parte del video ‘Debí tirar más fotos’ protagonizado por el cineasta y actor puertoriqueño Jacobo Morales.
¿Qué es el sapo concho, la rana del álbum de Bad Bunny?
Esta rana tiene como nombre científico Peltophryne lemur, aunque coloquialmente es conocido como el sapo crestado puertorriqueño y en términos más amables: el sapo concho.
Tal como aparece en los videos del intérprete de ‘La Santa’ —canción en la que colaboró con Daddy Yankee — el sapo concho tiene la piel de color verde oliva con toques amarillos e incluso puede ser marrón.
Y como lo indica su nombre, esta especie se caracteriza por tener crestas o protuberancias encima de sus ojos, además se puede identificar por tener el hocico curvo y largo, explica la Asociación Puertorriqueña de Fotógrafos de Naturaleza.
Esta organización agrega que los sapos suelen tener un tamaño mediano, mientras que la revista National Geographic explica que estos animales son demasiado tímidos, por lo que se esconden gran parte del año.
Incluso, la publicación indica que pasaron décadas en las que se creía que el sapo concho estaba extinto; sin embargo, fue redescubierto en 1970 y se trata de una de las dos únicas especies de anfibios originarios de Puerto Rico.
¿Por qué el sapo concho está en peligro de extinción?
A pesar de ello, la sobrevivencia de esta especie se ha visto amenazada por dos factores: la pérdida de su hábitat y las especies introducidas, de acuerdo con la Asociación Puertorriqueña de Fotógrafos de Naturaleza.
National Geographic agrega que, en parte, la falta de su hábitat se explica por el paso del huracán ‘María’ que azotó a Puerto Rico en 2017 y dejó una devastación sin precedentes en la isla.
Así, el sapo concho fue incluido en la lista de especies en peligro crítico de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y la situación aún es grave para estos anfibios.
Pues la Asociación Puertorriqueña de Fotógrafos de Naturaleza, explica que la única zona en la que actualmente habitan estas ranas es en un área llamada Tamarindo en el Bosque Seco de Guánica.
Lo que complica la situación, ya que la bióloga Darien López Ocasio explicó, en entrevista con el portal El Nuevo Día, que el avance del cambio climático podría hacer que esta área deje de ser un buen hábitat para la especie.
“Si el aumento en el nivel del mar producido por el cambio climático continúa, el área de Tamarindo no será un hábitat apropiado”, indica la experta, por lo que se están desarrollando maneras de preservar al sapo concho.
Para la Naturaleza, una organización de Puerto Rico, explica que dado que el sapo concho está en peligro de extinción, está prohibido dañar, molestar, atrapar, comprar o venderlo.
La inclusión de una especie nativa de Puerto Rico es parte de las problemáticas sociales que ha traído a la mesa Bad Bunny para su nuevo disco, ya que en sus canciones también ha incluido temas muy importantes como las consecuencias de la gentrificación y la pérdida de la identidad cultural.
Descubre más desde Noticias al Momento
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
