La resilencia y el espíritu emprendedor​

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Forbes México.
La resilencia y el espíritu emprendedor

Emprender significa tomar riesgos, explorar nuevas rutas, abandonar la certidumbre, enfrentar enormes retos y avanzar hacia lo desconocido, ir en contra de la corriente, romper el conformismo y la inercia; atreverse a construir el futuro en territorio adverso, hostil, lleno de obstáculos.

A lo largo de los años, al menos 4 de cada 5 emprendedorXs enfrentarán un “momento de quiebre”; es decir, en algún tramo de su desarrollo se verán forzados a poner a prueba todo su talento, autoconfianza, experiencia, fortaleza y fe al atravesar alguna crisis profunda o una contingencia cuyas secuelas suelen ser devastadoras.  

Con mucha frecuencia en los talleres y seminarios que impartimos, muchos de lXs emprendedorXs expresan lo difícil que fue enfrentar las dudas personales, sus miedos, inexperiencia, inmadurez y -sobre todo- las críticas, objeciones, comentarios negativos y hasta burlas de familiares, amigos y asociados.

En efecto, fallas, fracasos, retrocesos y crisis suelen ser parte de un aprendizaje que nunca abandonara la ruta del emprendedor. Situaciones como el salir de la cueva ancestral y perderse en el camino, ser presa de los depredadores, sucumbir por la falta de agua y/o alimento, son comparaciones que suelen describir las emociones por las que suelen atravesar. 

Parece que se te viene u tsunami encima, deudas, falta de recursos, presiones de los inversionistas, los gastos familiares, stress, presiones, facturas de los proveedores, bajas en las ventas, enfermedades y esas jornadas sin descanso que te alejan de lo que sería una justa recompensa a tu esfuerzo y dedicación.

Los sueños colapsan, se comprimen, mientras que las frustraciones y encono se engrosan y gravitan más pesadamente. DobladXs, quebradXs, exhuastXs, agobiadXs no hay libro de autoayuda que tenga una ruta de escape cuando todo te desborda, cuando la fuerza y la fe escasean y parece que ya no hay ningún asidero, ninguna forma de levantarse.

Cuando se relata un caso de emprendimiento exitoso, con frecuencia esa parte intermedia entre el terrible comienzo de ensayo y error, pobreza, abandono, rechazo que precedió a la conclusión triunfante de algún proyecto se evade, se minimiza, se avanza rápidamente como en una película para hacerla menos obvia, evidente, contundente, cruda.

Sin embargo, lXs emprendedorXs deben siempre contar con reservas certificadas de fe, fortaleza, creatividad y autoevaluación para hacerles frente. 

Imagina por un momento lo que fue construir una pirámide; explorar el mundo en una galera a través de mares desconocidos; lo que es actualmente desarrollar las tecnologías de inteligencia artificial, microprocesadores cuánticos, reflexiona en todo lo que tuvo que ponerse en marcha para lograrlo.

Dentro de tu espíritu emprendedor, la resiliencia debe ser una parte critica e imprescindible de tu arsenal. 

LXs emprendedorXs están en todos los lugares o esquemas que puedas imaginar. Desde un taller, un negocio pequeño, un puesto de tianguis, inventores, escritores, conferencistas, profesionistas, comerciantes, choferes de aplicación, inventores, traders, gamers, creativos, diseñadores, entrenadores, asesores, maestros, artistas, chefs, médicos, científicos, exploradores, influencers, por supuesto.

Para todXs es conveniente recordar que tales momentos de quiebre, eventos detonadores o las crisis no son solo parte de comienzo, sino que también se presentan a lo largo del camino y hasta lo que parece ser la cúspide y plenitud de un proyecto.

En ocasiones un muy buen producto, servicio o mercancía cuyas ventas fueron exorbitantes suele estancarse o bien las tendencias de tus seguidores pueden cambiar, empezando un declive sin retorno.

Algún suceso internacional, sequías, conflictos, incendios, catástrofes naturales podría poner de cabeza tu empresa. Ni que decir de un incremento de impuestos, facturas sin cobrar, actualizar placas, licencias, pagar nominas, enfermedad, servicios públicos o la conjunción de todo esto en el punto de menores ventas que hayas experimentado. 

Lxs emprendedorXs deben enfrentar hasta problemas personales, relaciones complejas por estar siempre llenos de trabajo, jornadas fuera de toda normalidad, sin descanso, juntas interminables, puertas cerradas, practicas corruptas, hace falta mucha madurez, templanza, estoicismo para hacerles frente y reconstruirse una, otra y otra vez. 

Esa es la vida que elegiste, esa es la ruta que nadie se atrevió y esos son los costos. En el triunfo veras las caras de aliento, las loas, el clásico “estaba segurX de que la harías”; en las crisis seguramente te encontraras solX y la voz interna de castigo y recriminación.

Llega entonces el tiempo de resistir, aguantar, crecer, prepararse, ajustar, cambiar el rumbo. No queda de otra que echar mano de toda la capacidad de resistencia, previsión y visión. Otro dato: 4 de cada 10 emprendedorXs sucumbirán antes de los 3 años, pero de ellXs 2 tercios lograrán salir adelante. Siempre hay esperanza, siempre debe haber fe, nada puede arrebatártelas. 

La diferencia entre quienes sobrevivieron fue siempre esa energía interna, ese empeño, constancia: en una palabra, resiliencia, esa es la clave.

Austeridad, nuevas rutas, nuevas ideas, innovación, educación, preparación, investigación, cambios, moderación, mejoras tecnológicas, mejores hábitos, relaciones públicas, nuevos contactos, más clientes, procesos más eficientes, ahorros, parecen obviedades, sentido común. 

Sin reduccionismos, la resiliencia emprendedora es dar y exigirse el máximo todos los días, esperar lo mejor, pero estar preparado para lo peor, enfrentarlo con la cara en alto y nunca perder la fe. 

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Alfredo Paredes

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