Un gabinete para concretar la voluntad popular​

Es pertinente recordar que la teoría constitucional y los sistemas constitucionales democráticos defienden que es el pueblo el titular originario de la soberanía, la cual es ejercida de manera directa por el propio pueblo o a través de los poderes públicos mediante sus representantes electos y designados.

En ese entendido, el mandato de la mayoría del pueblo de México ha sido renovado, el pasado 2 de junio, en favor de continuar e incluso acelerar el proceso de transformación de las condiciones en que se desenvuelve la vida pública del país.

La frondosa representación política que se le ha otorgado a Morena y aliados, y en particular a la dra. Claudia Sheinbaum, quien el 1o de octubre próximo asumirá la titularidad de la Presidencia de la República, debe extender su sombra fresca a los temas urgentes, estratégicos y prioritarios que nos son comunes.

Entre estos destacan la previsión de las tradicionales crisis intersexenales; persistir en economía productiva y sustentable, finanzas estables y prosperidad compartida vía los derechos sociales, atajar la inseguridad, reforzar la ética pública y garantizar la no corrupción.

Para ello, el gabinete es crucial y la inminente primera mandataria ha iniciado con las dos manos, la izquierda y la derecha, al anunciar sus primeros nombramientos.

Con la mano izquierda porque las personas nombradas, cuentan con un perfil profesional, progresista y comprometido con los principios de la 4T y las causas sociales nacionales y globales.

Estas van desde las buenas relaciones internacionales, políticas (Juan Ramón De la Fuente) y económicas (Marcelo Ebrard), a la lucha por un mejor medio ambiente (Alicia Bárcena), los beneficios de las humanidades, la ciencia y la tecnología (Rosaura Ruiz), y de allí al sector agrario (Julio Berdegué) y las relaciones jurídicas para un mejor estado de Derecho (Ernestina Godoy).

Con la mano derecha porque esos nombramientos y la nueva secretaría, por ejemplo, reflejan de entrada la consistencia en sus propias convicciones y la coherencia entre el mandato popular y su futura traducción en legislación y políticas públicas.

Nada ilegal en anunciar nombramientos. Estos se formalizarán a su debido tiempo. Gran acierto la coordinación, nunca antes vista en los términos públicos que hoy atestiguamos, con el respectivo presidente saliente, en este caso, Andrés Manuel López Obrador.

En conclusión, el gabinete es clave para que el liderazgo presidencial concrete con eficacia y austeridad la renovación del mandato democrático.

En lo personal, me alienta observar que este primer paquete de nombramientos ejecutivos lleva a un grupo de universitarios y servidores públicos con visión global y amor por México a la primera línea de trabajo en favor de quienes creemos, y es claro que somos la gran mayoría, en que en estos años del siglo 21 estamos procesando las condiciones para hacer del nuestro uno de los 10 mejores países del planeta.

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