A medida que el nuevo gobierno de Claudia Sheinbaum va tomando las riendas del país, aparecen, como se dice coloquialmente, los muertos en el clóset y uno de esos bien se podría considerar, como uno de los factores determinantes para el desarrollo del país, la relocalización de empresas conocida como “nearshoring”
Aprovechar las ventajas
Nuestro país comparte una frontera de más de 3,000 kilómetros con Estados Unidos, el mayor mercado del mundo y la economía más sólida, situación que facilita el comercio y la logística, además de ubicarnos en el centro del continente americano y tener vastas costas en el Pacífico y en el Atlántico que permiten visibilidad comercial con los principales mercados de Asia y de Europa, ningún otro país tiene estas ventajas para el comercio y la producción de bienes y servicios.
A las ventajas geográficas, se agrega que contamos con talento humano y a lo largo de más de 30 años se ha desarrollado una infraestructura vital para potenciar este fenómeno de la globalización y la regionalización.
Sin embargo, pasa lo del chiste del cangrejo, somos incapaces salir adelante y convertirnos en la potencia que podríamos ser, con gobiernos como el de AMLO o la oligarquía mexicana que han impedido que esto se conviertan una realidad, en lugar de colaborar, nos tiramos unos a otros y no nos dejamos salir.
Inseguridad, corrupción y burocracia
La inseguridad y la violencia en algunas regiones del país afectan la confianza de las empresas extranjeras y limitan la inversión, la fallida estrategia dejó al crimen organizado el control de vastas extensiones de territorio, el cobro de piso y la falta de una política y de instituciones que garanticen la seguridad son un grave problema.
Qué decir de la corrupción y burocracia en instituciones gubernamentales y empresas estatales que obstaculizan la eficiencia y transparencia en los negocios. Con Bartlett al frente de CFE los negocios en energía no tenían ningún fin público más que el de engordar sus bolsillos, lo mismo Octavio Romero en Pemex.
Se impulso un comercio con China de artículos, mercancías y desarrollo de energía que desplazaban las oportunidades en territorio nacional. Como recién describió Ricardo Ortega de Oil and Gas, muy buen amigo del ex vocero presidencial Jesús Ramírez y de los hijos del expresidente, en un foro en el Senado de la República, donde se jactó de los negocios y la atracción con China, además de sus viajes para atraer esas inversiones, mismas que vienen desplazando a las que se establecen en territorio nacional, incluso de exportar el gas natural a China, para que siga siendo el mayor competidor de México en temas del nearshoring. Incluso comprometió a la administración de la presidenta Sheinbaum al comentar que en el público había la gente de presidencia. Me pregunto si realmente saben en Palacio Nacional de estos personajes que hablan por el gobierno para consolidar negocios que afectan la estrategia nacional.
O el caso del director del SAT, Antonio Martínez Dagnino quien modificó en las Reglas Generales para el Comercio Exterior (RGCE) 2024 diversas disposiciones que afectan de manera irresponsable lo relacionado con los requisitos para la presentación de informes de operaciones de comercio exterior por parte de empresas IMMEX.
Se realizaron ajustes en la clasificación arancelaria y la determinación de contribuciones aplicables para mercancías en ciertos regímenes de importación temporal, que impactan los procedimientos aduanales, lo cual fue modificado para actualizar los criterios de validación de origen de las mercancías, aplicable especialmente en el contexto de tratados de libre comercio.
En Yucatán, CFE detuvo el proyecto más importante para llevar energía a la península por más de cuatro años, pretendiendo hacer un gran negocio Bartlett y algunos empresarios mexicanos y extranjeros, al llevar gas natural licuado en lugar de aprovechar la infraestructura existente de Pemex para llevar el gas que viene de Texas, que entra por el puerto de Tuxpan y que podía bajarse por un ducto de Pemex, pero decidieron hacer una extensión del ducto submarino y hacer unas regacificadoras en Dos Bocas para hacer llegar el gas a la península. Todo mucho más caro.
No olvidar que México tiene enormes ventajas para la generación de energía renovable y la oportunidad para utilizar el gas natural como la energía de la transición, pero la situación que no se aprovecha.
Al final, aunque México tiene todo para ser la principal potencia de nearshoring, algunas estadísticas nos colocan como uno de los peores países en esta materia, por debajo de Argentina, Colombia, Trinidad y Tobago, Jamaica, Brasil o Uruguay.
Esperemos que los cambios que se observan en el discurso para generar confianza estén acompañados de acciones efectivas, hoy estamos reprobados pareciendo querer correr inversiones y crecimiento.
X: @diaz_manuel
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