Cada acción tiene su reacción. Esto es lo que ha sucedido este verano en las calles de Madrid entre los miembros de los Dominican Don’t Play (DDP) y los Trinitarios. Cada ataque venía seguido de otro. Un joven semiamputado en un parque de Puente de Vallecas, cuatro tiroteados en una plaza de Carpetana, un menor herido en Usera… El resultado de todo ello ha sido la detención de 29 presuntos pandilleros, 22 de los cuales son menores, y la intervención de 132 armas, de las que cinco son de fuego. Unos datos, de junio a octubre, que confirman la tendencia que se observa desde hace tres años en las bandas juveniles: que los miembros cada vez son de menor edad y que tienen más acceso a armas de fuego.
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