El Congreso del Estado eligió a Claudia Zulema Sánchez Kondo el pasado 28 de agosto. No tenía quince días en el cargo cuando comenzó el repunte de hechos delictivos en Sinaloa. El foco social de inmediato se centró en las corporaciones de seguridad. El pueblo con absoluta razón exige resultados porque los merece. Sin embargo, me parece que aquí hay un tema mucho más de fondo.
El debate de la reforma al poder judicial les alcanzó a las fiscalías al ventilar en diversas aristas la necesidad de reformar también a las instituciones de investigación y procuración de justicia. Esto agrava la percepción negativa que existe sobre las fiscalías y al mismo tiempo, dificulta el abatimiento de los índices de impunidad.
La percepción de confianza es tal vez el factor intangible más significativo a la hora de combatir la impunidad. Es decir, mientras la gente considere que el crimen no se persigue diligentemente, la misma gente se sentirá desmotivada a denunciar los delitos. Eso traerá una dinámica negativa que simplemente incrementará la impunidad y con ello, el delito.
Creo que ahí está el reto de la todavía considerada nueva fiscal general en Sinaloa. Dar resultados, debería significar más investigación, mejor persecución del delito, y, en consecuencia, más casos resueltos. Al mismo tiempo, lograr que la institución sea no solo más eficaz, sino más amigable en su atención.
En resumen, a la FGE hay que exigirle atención, investigación, detenidos y sentenciados. Lo digo así de claro por aquello de la grilla barata donde le reclaman constantemente a la fiscalía que entregue informes de denuncias y transparencia en las pesquisas.
La cruz de la fiscal anterior fue la sobre exposición mediática para atender cuestionamientos a los que la misma FGE no estaba lista para responder. El meollo es que la fiscalía es una institución que investiga y persigue el delito, en consecuencia, deben tener la información más que zurcida antes de ventilarla. De ello depende su credibilidad y, sobre todo, el resultado en tribunales.
Creo que la actual fiscal tiene clara esta situación y me parece acertado que tenga la cautela pertinente. A Sánchez Kondo la hemos visto atendiendo reuniones políticas, también con empresarios. En su agenda, sostiene mesas de trabajo para dar seguimiento a estrategias de investigación en delitos de alto impacto.
Al respecto, la FGE trabaja en un ambicioso plan de persecución penal y algunos proyectos de nueva implementación que el siguiente año podrían ver la luz.
Sánchez Kondo llega al último trimestre del año con pasos en pies de plomo que le aseguren buenos resultados, incluido consolidar el cambio en la percepción en la Fiscalía. Mientras, continúa haciendo movimientos al interior de la institución y dando oportunidad a gente de casa para ocupar espacios de mayor responsabilidad.
Su mano debe comenzar a sentirse, los cambios también. Se advierte en ella un buen trato y con la experiencia suficiente para lograr poner a la institución, cuando menos, en una ruta a la altura del pueblo sinaloense.
La tarea no es fácil, a casi dos meses de tomar el cargo, creo que lleva buen camino.
X: @vanessafelixmx
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