Llega Pablo Lemus a ordenar Jalisco​

Llama la atención que a 50 días de que termine la gestión de Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, haga cambios en su gabinete, sobre todo en áreas estratégicas como la Secretaría de Gobierno y la Secretaría de Administración, y ello levanta un tufillo de sospechosismo en torno a gestiones fallidas.

O le faltó tiempo al mandatario para concretar sus proyectos y por eso se están realizando licitaciones públicas a estas alturas del partido y sin ningún cuidado a la normatividad vigente; además de relevar a funcionarios de primerísimo nivel, al tiempo de comprometer los recursos públicos de los próximos años con licitaciones multianuales; o de plano quiere tapar el sol con un dedo.

Será el sereno, pero Pablo Lemus, gobernador electo, debe ordenar como una de sus primeras acciones realizar auditorías en todas las áreas estratégicas del gobierno, como la misma Secretaría de Gobierno, administración, policía, transporte e infraestructura.

El segundo tema en el que se debe abocar el nuevo mandatario es “construir gobierno” y gobernar para todos los jaliscienses, sin distingos políticos y con una nueva estructura operativa que le permita atender los principales reclamos de los ciudadanos, como es la inseguridad pública.

Enrique Alfaro no cumplió con ese reclamo social. Dejó que los capos de la droga mantuvieran la plaza bajo su control, hasta tener una presencia casi nacional.

Ningún gobernante se puede mostrar satisfecho si el flagelo de la delincuencia y los levantamientos y desapariciones forzadas dañan a los pobladores; en este sentido, debe reconocer el propio Alfaro que se quedó corto en atender esta demanda.

Al igual ocurre en otros rubros como el de agua, sustentabilidad o el transporte, sectores en que los titulares de estas áreas se distraen de sus tareas sustantivas, en aras de conformar un patrimonio personal, mediante triquiñuelas legaloides para triangular los recursos públicos a través de prestanombres o la simulación en torno a las empresas que se presentan a las licitaciones públicas y que están en realidad en contubernio con los propios funcionarios públicos.

Ejemplos sobran en torno a esta acusación; tan solo basta echarse un clavado en la Secretaría de Transporte, en donde cobra como titular Diego Monraz Villaseñor, quien tiene montado, a decir de los propios medios de comunicación locales, toda una estructura al margen de la ley para exprimir a los transportistas y garantizar que los recursos públicos que maneja tengan “un retorno de inversión para su peculio”.

¿Por qué Alfaro corrió de último momento a Ricardo Rodríguez Jiménez, de la Secretaría de Administración, o a Alain Fernando Preciado y a Oscar Villalobos Gámez, de la General de Gobierno?

El jefe del Ejecutivo estatal tiene la facultad de hacer los relevos que quiera y la hora que quiera de sus colaboradores, pero eso es muy diferente hacerlo cuando se termina su gestión.

Si realmente Alfaro quiere quitarle piedras del camino a Pablo Lemus, debe investigar sobre la colusión y connivencia que prevalece entre la Secretaría del Transporte y las empresas BEA, IDEAR, Tecnología para el Transporte del Occidente, SA de CV, entre otras.

Los códigos QR y las aplicaciones de App Hozzie permiten al usuario acceder al transporte público en Jalisco, pero presentan serias deficiencias de operación y sobrecostos que dañan a las finanzas públicas.

El servicio de App Hoozie aplica una comisión del 2.5 por ciento sobre cada transacción de recarga, lo que representa un dineral con oscuro destino.

No solo se trata de monopolizar el pago electrónico en el transporte público, sino de tener el control tecnológico de esta herramienta con la intención de tener un flujo de recursos sistemático y al margen de la ley.

Por fortuna, llegó el cambio de gobierno y aunque repite un militante de Movimiento Ciudadano como gobernador de Jalisco, la realidad es que son muy diferentes Enrique Alfaro y Pablo Lemus, y estas diferencias se van a notar desde los primeros días del nuevo gobierno.

La misma conformación del gabinete del gobernador electo con personajes probos y con experiencia será el primer sello distintivo de Lemus sobre su antecesor.

Veremos a partir del 5 de diciembre si en realidad hay un deslinde entre ambos políticos emecistas o si solo se trató de una simulación de cambio para seguir iguales.

Por lo pronto, Pablo Lemus buscará a la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, para establecer los puentes de diálogo y colaboración basados en una relación de pleno respeto.

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