El trabajo realizado por este gobierno para atraer inversiones, hay que ponderarlo y reconocerlo.
La reunión que el día de ayer tuvo efecto, en el contexto del CEO Dialogue, sin lugar a duda fue útil y apoyará a las empresas norteamericanas que quieren apostarle a México.
Sin embargo, hay que ser realistas. No vamos a recibir una oleada de inversiones norteamericanas, como producto de la reunión del día de ayer.
Los empresarios de las dos partes mantuvieron la corrección política, la que, a veces, conduce a ignorar al ‘elefante en la sala’.
Hay que reconocer que la presidenta de la República se refirió al paquidermo y señaló que la reforma judicial va a garantizar la inversión privada y a fortalecer el Estado de derecho.
También señaló que ella garantizaría que las inversiones que se realicen estarán protegidas.
El tema de fondo es que a las empresas no les bastan las palabras, así sean de la presidenta de la República.
Las reglas del juego en el mundo corporativo establecen la necesidad de que haya instituciones que garanticen las reglas que fija el Estado de derecho.
Hay que celebrar que la presidenta Sheinbaum diga que a ella no le interesa tomar el control del Poder Judicial.
El tema de fondo es que muchos empresarios visualizan que el método de designación de ministros, jueces y magistrados, irremediablemente, va a conducir a que los ganadores de las votaciones sean personas cercanas a Morena… al margen de la voluntad de la presidenta.
Existe la posibilidad de que esto no suceda y que realmente los Comités de Selección de los tres poderes elijan a los prospectos a ser elegidos en función de méritos y capacidades. Puede ser.
Sin embargo, lo que hemos visto en el proceso parlamentario es que la cultura de Morena va a conducir a que quienes aparezcan en las listas o a que quienes tengan realmente la posibilidad de ganar, sean quienes tienen cercanía al aparato de Morena.
En el encuentro CEO Dialogue en realidad la mayor parte de las inversiones anunciadas ratificaron importantes proyectos en curso.
El mayor de ellos es el del gasoducto y la planta de licuefacción de gas que desarrolla la empresa Mexico Pacific, que viene desde Texas hasta Puerto Libertad en Sonora y que implica una inversión del orden de 15 mil millones de dólares, anunciada desde 2023. Qué bueno que se ratifica.
Otro proyecto que se ratificó fue una coinversión con Pemex del orden de poco más de 10 mil millones de dólares. No se dijo, pero probablemente sea la de la empresa australiana Woodside Energy para el desarrollo de un campo en aguas profundas.
Uno más es el proyecto ya también anunciado con antelación de AWS (Amazon Web Services) del orden de 6 mil millones de dólares para construir centros de datos en el estado de Querétaro. Qué bueno que siga adelante.
Y entre las novedades, hay una inversión de Royal Caribbean, en Mahahual, Quintana Roo, del orden de 1 mil 500 millones de dólares.
Qué bien que todas estas inversiones vengan. Pero, la mayor parte de ellas ya tiene cierto tiempo de haberse anunciado y algunas están en plena ejecución.
Más vale que seamos objetivos.
Hay muchos inversionistas provenientes de EU que siguen a la espera de señales de aquí y de su propio país.
Necesitan más claridad respecto a lo que viene para México y una definición para lo que ocurrirá en Estados Unidos.
No es dramático. Cada cambio de gobierno pasa lo mismo.
Lo que sería crítico es que tras recabar las señales de los dos países muchas empresas consideraran que no es tiempo de invertir en México.
Ojalá no ocurra. Y esperamos que el evento de ayer contribuya a despejar dudas.
Así lo deseamos.
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