Elecciones en EU: un cambio decisivo para el futuro de México​

Las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos marcarán un punto de inflexión en la relación de esta nación con varios países, dentro de los cuales se encuentra México, especialmente en áreas clave como el comercio, la tecnología, el medioambiente y la política migratoria. México, siendo el principal socio comercial de los Estados Unidos, sin duda espera que las decisiones de la próxima administración no lleguen a afectar las cadenas de suministro y el comercio transfronterizo. Por lo tanto, es muy relevante la decisión que tomará el pueblo norteamericano en sus próximas elecciones.

En primera instancia, Kamala Harris y Donald Trump comparten un enfoque proteccionista hacia el comercio, aunque sus métodos varían. Harris probablemente mantendría las prioridades actuales de la administración de Biden, enfocándose en la protección ambiental y los derechos laborales. En cambio, Trump ha expresado su intención de imponer aranceles más altos a las importaciones de EU y ha hablado de modificar las reglas del juego para los exportadores mexicanos. Además, la revisión en el 2026 del T-MEC, independientemente de quien sea el ganador, será crucial para definir el futuro de las relaciones económicas y comerciales en Norte América.

Ahora bien, la política ambiental de Harris se alinea con la actual administración de Biden y la recién llegada administración en México, sosteniendo la idea del impulso hacia las energías renovables, lo que sugiere la posibilidad de nuevas oportunidades para México en el desarrollo de energías limpias. Sin embargo, el expresidente Trump podría revertir las políticas climáticas, particularmente las reglas multilaterales y generar un escenario probablemente de incertidumbre para los promotores de las políticas a favor de la protección del medio ambiente de Norte América.

En definitiva, el futuro de México se encuentra directamente atado a las decisiones que se tomen en las urnas estadounidenses. Desde EY, vemos que tanto las oportunidades como los retos se multiplican y es fundamental que ambos países mantengan un diálogo abierto y constructivo para enfrentar juntos lo que está por venir. Así mismo, es recomendable trabajar con escenarios que analicen los posibles impactos en su entorno de negocios dependiendo de quien sea electo en EU.

Perspectivas sobre nearshoring

A medida que las políticas comerciales de EU fluctúan entre administraciones, el nearshoring surge como una estrategia clave para las empresas estadounidenses que buscan reducir su dependencia de cadenas de suministro en Asia. México, por su proximidad y tratados comerciales como el T-MEC, se convierte en un socio atractivo en este contexto. Sin embargo, las empresas que buscan producir en México deben estar preparadas para enfrentar desafíos asociados a la infraestructura, la seguridad y la escasez de talento, particularmente en el sur- sureste.

No obstante, las elecciones estadounidenses podrían acelerar la implementación de incentivos para promover el nearshoring en la región, lo que podría traducirse en una política industrial Norteamericana que tenga como objetivo atraer cadenas productivas de Asia, como es el caso de los microprocesadores. Tanto Harris como el expresidente Trump han manifestado su interés en reforzar la competitividad de la manufactura local, aunque mediante métodos distintos. Para capitalizar el interés de empresas extranjeras, México apostará a mejorar sus redes de transporte y logística, así como su capacidad energética, especialmente si las empresas que deciden establecer operaciones en México requieren fuentes de energía limpia.

El papel del T-MEC y la estabilidad regional

La próxima revisión del T-MEC en 2026 presenta una oportunidad para adaptar el acuerdo a los desafíos actuales del comercio global, como la digitalización y la sustentabilidad. En un contexto de una reorganización global de la producción conocido como nearshoring, el T-MEC podría incluir cláusulas que incentiven el comercio electrónico en la región, la protección de datos y la sostenibilidad ambiental, lo cual beneficiaría tanto a México, Canadá y Estados Unidos en su relación económica y comercial.

El T-MEC podría evolucionar para abarcar áreas adicionales como la cooperación en tecnología e innovación, haciendo que ambos países se beneficien de una integración más profunda. Ahora bien, esta estabilidad regional no solo dependerá de las políticas adoptadas por la administración estadounidense, sino también de las políticas de México y de la capacidad de nuestro país para adaptarse rápidamente a los cambios en las reglas del comercio.

De cara al futuro, el nearshoring, la sostenibilidad y la tecnología serán piezas clave en la relación comercial entre México y Estados Unidos. Ambos países tienen una oportunidad única de fortalecer sus vínculos comerciales a través de políticas que fomenten la inversión y el crecimiento sostenible. Sin duda, las próximas elecciones en EU serán determinantes para el rumbo de esta relación y las empresas deberán estar preparadas para adaptarse a los cambios geopolíticos y aprovechar las oportunidades que se presenten.

Associate Partner de Impuestos, coordinador de los servicios de inversión en nearshoring en EY México, y miembro del grupo global de Geoestrategia de EY.

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