Pejelandia, una tienda que rinde culto a López Obrador​

Andrés Manuel López Obrador no se ha ido… o no del todo, pues a poco más de una semana de dejar la Presidencia y ser visto por última vez en la entrega de la banda presidencial, el culto a su personalidad sigue frente a Palacio Nacional.

Pejelandia es un puesto que oferta diversos artículos con la imagen del expresidente, en su forma natural o caricaturizada. Se ubica en la esquina que forman Palacio Nacional y la Catedral, y abarca casi 10 metros de la acera, con todo y baños móviles.

Pese a eso y a que en el perímetro del Zócalo no está permitido el ambulantaje, las autoridades capitalinas se deslindan del hecho.

El Financiero cuestionó –vía transparencia– a la Jefatura de Gobierno, la Secretaría de Gobierno, la Autoridad del Centro Histórico y la alcaldía Cuauhtémoc sobre el permiso para operar este comercio.

La Jefatura de Gobierno y la Autoridad del Centro Histórico pidieron redirigir la solicitud a la Secretaría de Gobierno, pero ésta aseguró que “carece de facultades” y es responsabilidad de las alcaldías, y la Cuauhtémoc dijo que era de los encargados del Centro Histórico.

Armando Monter, creador de Pejelandia, dijo que el permiso es innecesario, pues no se trata de un puesto con fines de lucro, sino que surgió cuando los morenistas se manifestaron contra la Suprema Corte.

“No es un negocio donde se lucra, es un lugar que surgió por la lucha social”, explicó a El Financiero.

“Este es un movimiento de una gran mayoría del pueblo, que encabeza el Frente Internacional Obradorista, del cual soy el presidente. No veo por qué el Gobierno de la Ciudad de México nos quiera mover; hemos comprobado que esto no es un lucro. Somos un plantón”, dijo.

Agregó que Pejelandia da trabajo a 65 familias. Las ganancias –acotó– se destinan a comunidades pobres o para ayudar a damnificados.

En 40 minutos que duró la entrevista, este medio pudo ver que se acercaron 15 personas, de las cuales 12 se llevaron al menos un artículo.

El más cotizado: Amlito parlante. Vale 500 pesos; sin embargo, en un puesto más pequeño afuera del metro Zócalo, se oferta en 350 pesos.

Su libro Gracias, en reproducción pirata, cuesta 600 pesos, pese a que en librerías ronda los 300 pesos. El resto de sus títulos, 250 pesos.

Peluches, llaveros, carteras, tequileros, tazas, aretes, monederos, inciensos y destapadores son parte de la oferta. La tiendita también incluye artículos de la presidenta Claudia Sheinbaum, pero a la gente no le atraen.

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