En las columnas pasadas les compartí seis (6) mejores prácticas para forjar el carácter de los miembros de siguiente generación y fortalecer el legado familiar. En esta columna, les expondré las cuatro joyas restantes del decálogo que, basada en mi práctica profesional a nivel internacional, les he preparado.
Mejor Práctica # 7: Ayúdalos a Emprender, PERO no les Hagas su Trabajo.
Educar a un hij@ para que tenga una mentalidad emprendedora no es fácil. En un sinnúmero de ocasiones he visto cómo, los padres, con la ilusión de que sus hij@s se “conviertan” en empresarios, les “montan” negocios. El problema surge porque quien dirige realmente la empresa—desde atrás, para que no se note—es el padre o la madre. Así, en un afán de ayudar, “subsidian” a los hij@s en su rol operativo, les resuelven los problemas y los sacan a flote con la chequera, coartándoles la posibilidad de aprender y de entender que, para ser empresario, se necesita más que dinero… Se requiere pasión, vocación y conocimiento. ¿Cómo ayudarlos?
· Desarrolla su Mentalidad Emprendedora. El trabajo arduo, la habilidad de competir sanamente, la resiliencia, la curiosidad y la tolerancia al riesgo se cultivan desde la niñez. Una forma de hacerlo es a través de las recompensas que otorgamos. Los niños que son recompensados por ganar, pero a quienes no se les reconoce el trabajo y esfuerzo realizado (independientemente del resultado) no desarrollan la habilidad de competir sanamente (saber perder), ni la resiliencia para seguir intentando. Saber lidiar con el fracaso potencia la creatividad para resolver problemas y la reflexión para convertir retos en oportunidades (aprendizaje).
· Promueve Conversaciones Difíciles. Pregúntate: Si no fuera mi hij@, ¿invertiría en este negocio? ¿Realmente dan los números? ¿Quién va a operar la empresa? ¿Mi hij@ tiene el conocimiento y la experiencia necesaria? ¿Ha trabajado en otro negocio previamente? ¿Qué haré si no da los resultados? ¿Hasta cuánto estoy dispuesto a perder? ¿Puede comenzar en un formato más pequeño? ¿Qué tanto me involucraré yo (límites)? Coméntalo con ellos. Déjales claro que no invertirás tu dinero si el plan de trabajo es “creativo”, y que les permitirás fracasar, si no se ponen las pilas.
Mejor Práctica # 8: Enséñales a Negociar, No a Ganar a Toda Costa.
Negociar es una forma de estrechar o separar lazos. Por ello, la finalidad de una negociación debe ser agregar valor, no ganar a toda costa. Lamentablemente, no todos sabemos ser empáticos y buscar el beneficio mutuo. ¿Cómo podemos desarrollar esta capacidad en ellos?
· Pídeles que te Convenzan. Cada vez que tus hij@s pidan algo, tienes dos opciones: Decirles que no, o preguntarles, ¿por qué diríamos que sí, haríamos tal o cual cosa o permitiríamos eso? Deja que argumenten y traten de convencerte. Y en ese proceso, explícales cómo deben negociar. Dado que los niños tienden a negociar con base en posiciones (quiero esto o aquello), hay que compartirles y aclararles algunas reglas básicas, como:
1. Las suposiciones son malas—hay que informarse (escucha y entiende al otro).
2. No te ancles en tu posición; crea buenas alternativas para ambos (define el objetivo).
3. No somos enemigos, sólo personas que tratan de resolver un problema (no es personal).
4. Habrá que renunciar a algunas cosas para asegurar otras (los recursos son escasos).
5. Retirarse también es una opción (define tu límite—el punto más allá del cual no irías).
6. Los acuerdos se cumplen (una negociación implica compromiso).
Mejor Práctica # 9: Impúlsalos a Visualizar el Futuro.
“Si quieres conocer tu pasado, mira tu presente que es el resultado. Si quieres conocer tu futuro, mira tu presente que es la causa”. Si los miembros de siguiente generación no visualizan cómo sus comportamientos presentes forjarán su futuro, tendrán problemas. ¿Qué hay que enfatizar?
· Aconséjales: Cuidado con querer hacerse ricos de la noche a la mañana. A veces, las ganancias rápidas y a corto plazo, son un fracaso a largo plazo—especialmente si se recurre a transas y corruptelas. Gana tu dinero lícitamente, poco a poco y lo disfrutarás más, te durará un mayor tiempo y dormirás mejor por las noches.
· Anticípales: Las necesidades cambian dependiendo de la etapa de vida. Nuestras necesidades financieras cambiarán con el tiempo, e.g. comprar una casa, formar una familia, enviar a los hijos a la escuela. No seremos jóvenes ni tendremos el apoyo de nuestros padres toda la vida. Habrá que prepararse: ¿Dónde estoy y qué necesito ahora? ¿Qué necesitaré en la siguiente etapa? ¿Cómo puedo anticiparme a los cambios futuros? ¡La planificación financiera anticipada es esencial!
Mejor Práctica # 10: Si Nada de lo Anterior Funciona, BLINDA Tu Patrimonio.
Si por más que te has esforzado no hay una respuesta positiva por parte de tus hij@s y sólo modifican su comportamiento temporalmente para conseguir algo de ti, lo más conveniente es que blindes tu patrimonio—para que dure y los beneficie cuando tú no estés. La mejor forma de hacerlo es estableciendo reglas claras (protocolo familiar) y creando fideicomisos. En este sentido, ¡no te limites! Más vale una vez colorado, que ciento descolorido.
¿Así o más claro?
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