Tomando las riendas de la IA desde los consejos directivos​

Forbes México.
Tomando las riendas de la IA desde los consejos directivos

Por Horacio Arredondo*

En los últimos meses hemos sido testigos de los pasos de gigante que está dando la inteligencia artificial (IA) en todo el mundo. Gran parte de las empresas y sus empleados están adoptando e integrando soluciones de IA en algún punto de su cadena de valor. Esta asimilación vertiginosa exige un aprendizaje acelerado a todos los niveles de la organización, pero también detenernos a asegurar que el despliegue de esta tecnología es seguro, inclusivo, equitativo y sostenible hacia el futuro.

Los beneficios que puede ofrecer la IA a las empresas y las personas es indiscutible, pero también están fuera de cuestión los riesgos y retos legales, éticos y sociales que plantea. Por ello, es fundamental asegurar una gobernanza adecuada de la IA y el ecosistema de datos que la alimenta, una discusión que atañe tanto al liderazgo de las empresas como a funcionarios y reguladores del sector público. 

En la pasada Cumbre del Futuro de Naciones Unidas, celebrada en septiembre en Nueva York, se estableció un consenso global adoptando el Pacto Digital Global (Global Digital Compact). Este acuerdo, entre otras cosas, reconoce el enorme rol que tiene el sector privado en la definición de oportunidades derivadas de estas tecnologías, no solo como impulsor de la innovación, sino también como socio estratégico de los gobiernos en la implementación de acciones que apunten a un futuro digital inclusivo y sostenible.

A nivel mundial, se están realizando esfuerzos para establecer directrices, regulaciones y principios éticos. A inicios de año, la Unión Europea aprobó su marco regulatorio para el desarrollo de la inteligencia artificial (Reglamento IA) a fin de promover su uso responsable, mitigar sus riesgos y proteger los derechos de los ciudadanos. Entre otras medidas, esta norma prohíbe las aplicaciones de IA que se basen en la manipulación del comportamiento o la puntuación social, así como en la identificación biométrica en tiempo real; obliga a la supervisión humana de sistemas de selección de personal para evitar sesgos; impone criterios de transparencia a aplicaciones como chatbots; y contempla la posible infracción de derechos de propiedad intelectual al utilizar grandes volúmenes de datos sin consentimiento, entre otras medidas.

Estas inquietudes, tarde o temprano, estarán en todas las salas de juntas directivas y en las mesas de los consejos, por lo que las empresas deberían anticiparse a todos los escenarios. La alta dirección debe ser consciente de que, bien empleada, la IA nos ayuda no sólo a automatizar tareas y ser más eficientes y productivos, sino a entender mejor nuestro entorno de negocios, a anticipar el futuro y a tomar mejores decisiones como líderes. Asimismo, puede desatar un potencial de innovación nunca antes visto al interior de las empresas. Pero la IA también puede exacerbar las desigualdades existentes, tanto dentro como fuera de la organización, perpetuando sesgos, desplazando a grupos marginados y poniendo en peligro los derechos fundamentales de las personas.

Para una implementación que maximice los beneficios y minimice los riesgos, los consejos deberían plantear acciones inmediatas que eviten que la ola de IA lleve a sus empresas a la deriva. Sugiero aquí algunas primeras medidas inspiradas en el Pacto Digital Global aprobado el mes pasado:

Competencias digitales y capacitación: La capacitación en habilidades digitales es esencial para aprovechar este potencial tecnológico. Las empresas tienen la responsabilidad de ofrecer a sus empleados programas de formación, herramientas y recursos que mejoren sus competencias digitales e incorporen la IA a su trabajo diario. Por otro lado, los empleados deben aprender los riesgos de esta tecnología y comprender los sesgos algorítmicos que puede producir.

Inclusión digital: Además de contribuir al desarrollo sostenible, la inclusión digital permite a las empresas ampliar su base de consumidores y fortalecer su reputación. El sector privado puede asegurar que sus productos y servicios sean accesibles para todos, independientemente de su procedencia geográfica o condición económica. Se recomienda incluir a todos los stakeholders de la organización para garantizar que los sistemas de IA sean inclusivos.

Infraestructura digital resiliente: Para amplificar el impacto positivo de la IA en las comunidades, las empresas pueden invertir en tecnología de código abierto, apoyar estándares interoperables y promover el acceso universal a plataformas digitales, abriendo oportunidades para la colaboración.

Gobernanza de datos y privacidad: Las prácticas de manejo de datos de las empresas deben respetar los derechos humanos y la privacidad, adoptando políticas de transparencia y seguridad de la información. Solo a través de un cumplimiento estricto, podrán construir un ecosistema digital seguro.

Gobernanza de IA: El riesgo de sesgo algorítmico es real, pero algoritmos bien diseñados pueden reducirlo y promover la equidad. Para ello, el desarrollo y uso de la IA debe seguir principios éticos y sostenibles, propiciando la representación de la diversidad de género, étnica, cultural,  etc. Las empresas pueden participar en foros internacionales, colaborar en la creación de marcos de gobernanza de IA y fomentar la transparencia y rendición de cuentas.

Financiación y transformación digital: Invertir en proyectos de transformación digital, colaborando con gobiernos y sociedad civil y apoyando iniciativas de desarrollo sostenible, puede marcar la diferencia. Las cúpulas directivas deberían apoyar decididamente la transformación digital e incorporarla en sus estrategias de inversión y responsabilidad social.

En nuestro futuro cada vez más digital, el gobierno corporativo de las empresas tiene un papel estratégico fundamental. Es imperativo que las empresas establezcan directrices claras que promuevan las competencias digitales entre directivos y empleados, además de fomentar la adopción de una infrastructura resiliente, la inclusión digital, y una adecuada gobernanza de datos y de IA. Estos esfuerzos deben ir de la mano de la transformación digital de las compañías. 

Más allá de abrir nuevas oportunidades de negocio, las compañías tienen la oportunidad de potenciar el impacto positivo de la IA en la sociedad. Es momento de que las empresas asuman este compromiso, colaborando activamente con otros actores para construir un futuro digital inclusivo, seguro y sostenible.

Contacto:

*Horacio Arredondo es decano de EGADE Business School

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

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