Llega tarde la Cofece a defender a los consumidores de tortilla​

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La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) emitió hace unos días un dictamen preliminar donde señala que la productora Gruma tiene un monopolio en el mercado de harina de maíz nixtamalizada, que es la que se vende a las tortillerías del país, por lo que llamó a la empresa a tomar medidas para reactivar la competencia, entre ellas la venta de cinco de sus plantas.

La medida tomada por el órgano autónomo que regula la competencia en México parece llegar muy tarde ya que la empresa Gruma, de la familia González lleva décadas monopolizando con su principal marca que es Maseca, el mercado de la harina de maíz para la producción tortillas, con lo que el costo del alimento se encarece.

La resolución de la Cofece señala que, dadas sus ventajas competitivas, Gruma tiene la capacidad de fijar precios en mercados relevantes. Tan sólo a través de Maseca, la compañía ofrece los costos 9.50% por arriba que el promedio de sus competidores.

El dictamen preliminar de la institución que preside en la actualidad Andrea Marván Saltiel reveló que Maseca tiene entre el 50% y 90% de las ventas en distintas regiones del país, logrando una participación de mercado considerablemente mayor que su competencia.

La investigación del órgano autónomo arrojó que Gruma a través de su principal marca controla 9 de cada 10 kilos de harina de maíz en algunas zonas del país, lo que le otorga a la empresa una ventaja significativa sobre sus rivales.

El que fuera titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), Ricardo Sheffield, acusó en la conferencia mañanera del 15 de agosto del 2022 que las empresas Maseca y Minsa ostentan el duopolio de la producción de harina de maíz y que estos corporativos estaban detrás del incremento del precio de las tortillas en el mercado nacional al aumentar sus costos con tal de no bajar los suyos.

El exfuncionario federal señaló en la rueda de prensa de hace más de dos años que era un fenómeno que debía de atender la Comisión Federal de Competencia Económica, pues, aunque el precio del maíz ha ido a la baja, Maseca sólo lo ha subido a tal grado su precio que el costo por kilo de tortilla para el consumidor final ya rondaba los 22 pesos en algunas tortillerías.

Por desgracia el mercado de la harina de maíz no es el único donde se presentan prácticas monopólicas que afectan a los consumidores mexicanos y donde la institución autónoma encargada de regular la competencia no está haciendo nada, además de que tampoco se está respetando el articulo 28 de la Constitución, que prohíbe los monopolios, así como las prácticas monopólicas.

En la actualidad existen varios corporativos que incurren en prácticas monopólicas que afectan a los consumidores e influyen negativamente en la economía del país siendo algunos de estos: América Móvil del magnate Carlos Slim que controla el 80% del mercado de la telefonía fija y mantiene bajo su poder el 64% de la telefonía móvil, Cemex de la familia Zambrano que controla 52% de las ventas de cemento, Coca-Cola Femsa que tiene acaparado el mercado de los refrescos embotellados, o la Cervecería Modelo, que vende 10 marcas de cervezas y domina el 62% del mercado, dejando el 35% a la subsidiaria de Heineken International, Cuauhtémoc Moctezuma.

Otros mercados dominados por empresas privadas son la compañía fundada por Lorenzo Servitje, la panificadora Bimbo que produce y vende en el país más del 95% del pan de caja; Maseca que domina el 70% de la producción y venta de harina de maíz, mientras que Minsa tiene otro 20% de las ventas de ese mismo producto; Grupo México de German Larrea tiene el control del 77% de la venta de cobre en México, mientras que la comercialización de plata en el país está dominada por Grupo Peñoles de la familia Bailléres al no tener competencia.

En los mercados del huevo, pollo, cárnicos, embutidos entre otros casi no existe la competencia y son pocas empresas las que dominan el abasto de estos productos para los consumidores.

Las autoridades de la Cofece afirmaron en octubre del 2018 que la falta de competencia y los monopolios de mercado hacen que los hogares mexicanos paguen un sobreprecio de hasta 98.23% al momento de consumir bienes de consumo final tortilla de maíz, pan, cárnicos, huevo, lácteos, frutas, verduras, bebidas no alcohólicas, medicamentos y materiales de construcción y servicios como el transporte foráneo de pasajeros.

Los monopolios restringen los procesos de oferta y demanda. De ese modo, determinan los mercados a través del control de la competencia y de los precios de los bienes y servicios, conforme a lo establecido en las disposiciones de la Ley Federal de Competencia Económica.

“Según la normatividad vigente desde 2014, la diferencia entre prácticas monopólicas absolutas y relativas radica en que, las primeras, involucran un acuerdo entre los principales competidores de una determinada actividad, para restringir, controlar y beneficiarse del uso exclusivo de un mercado. Las segundas, por otro lado, implican la capacidad de uno o varios competidores para acaparar el mercado”.

Las principales consecuencias negativas para los consumidores mexicanos por la concentración del mercado son:

El monopolio debilita la economía general, ya que no permite la expansión del sector económico porque limita la participación de nuevos competidores.
Propicia el enriquecimiento de un pequeño grupo a expensas de la necesidad de la mayoría de los grupos de consumidores.
Limita el acceso a la tecnología foránea. El monopolista es el único con capacidad para el intercambio comercial internacional.
Baja calidad en los productos.
Aumentos continuos de los precios para el consumidor final
Las pymes (pequeñas y medianas empresas) enfrentan barreras para competir dentro del mercado, aunque tengan capacidad técnica y de calidad.

A pesar de que existe una institución autónoma que supuestamente busca la competencia de las empresas y que se frene la influencia de monopolios como es la Comisión Federal de Competencia Económica, estas prácticas monopólicas en muchos mercados siguen afectando a los consumidores y la sana marcha económica del país.

El artículo 28 de nuestra Constitución Política establece que: en los Estados Unidos Mexicanos quedan prohibidos los monopolios, las prácticas monopólicas, los estancos, las condonaciones de impuestos y las exenciones de impuestos en los términos y condiciones que fijan las leyes. El mismo tratamiento se dará a las prohibiciones a título de protección a la industria.

La Cofece es una institución que no defiende a los consumidores mexicanos y el articulo 28 de la Constitución parece letra muerta ante la impunidad de las empresas que ejercen prácticas monopólicas en México.

La Comisión de Competencia Económica, llega tarde a defender a los consumidores de tortillas ante el mercado monopólico que tiene desde hace muchos años Gruma que encarece el precio del principal alimento de los mexicanos.

La reforma del gobierno de la Cuarta Transformación para desaparecer los órganos autónomos incluyendo a la Cofece se justifica ya que estas instituciones gozan de un gran presupuesto, sin embargo, estos organismos son poco efectivas para defender los intereses de la mayoría de la población.

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