Lecciones de liderazgo militar aplicables en la vida cotidiana​

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Forbes México.
Lecciones de liderazgo militar aplicables en la vida cotidiana

Ya sea en los negocios, las organizaciones, las empresas, el deporte, las relaciones personales, la educación, el trabajo y la vida diaria, los recursos, herramientas, capacidades y habilidades que las fuerzas armadas aplican en sus tareas, misiones y responsabilidades constituyen una base fundamental que resulta imprescindible para sobresalir y alcanzar nuestros objetivos.

Grandes dosis de enseñanza, reflexiones, hábitos, actitudes y aptitudes, son el núcleo de la personalidad, carácter, fortaleza y disciplina que podemos aplicar para resolver problemas, asumir tareas, trabajar en equipo, mejorar nuestro rendimiento, vivir de manera saludable, controlar la ansiedad, el stress y desarrollar mayor fortaleza, por ejemplo:

a) Disciplina y compromiso

Una meta superior exige entrega, constancia y muchos sacrificios. La vida militar es austeridad, entrenamiento y preparación permanentes, requiere del máximo esfuerzo todos los días a toda hora por jornadas prolongadas, con frecuencia lejos de amigos, la familia y el hogar.

Todo emprendedor, estudiante, investigador, comerciante, gerente debe tener presente que los grandes resultados se obtienen en la medida de lo estes dispuestX a sacrificar para obtenerlos.  

Múltiples obstáculos, retrocesos y decepciones pueden desalentarnos; aprende entonces a sacar esa fuerza interior, esa tremenda energía de reserva que te activa, te reconstruye y te exige salir a pelear con todo lo que tengas tu próxima batalla, aún exhaustX, sin haber dormido bien, no hay pretextos, ni demoras, sin rendirse jamás.     

El proceso de formar pequeños hábitos para forjar el carácter y hacer de cada persona la mejor expresión de si mismos es algo que podemos apuntar en la agenda de capacitación, valores, misión y visión de cualquier grupo y sin duda, a nivel personal.   

b) Resiliencia y estoicismo

El verdadero carácter y personalidad se demuestran en medio de la crisis. Es en medio de los momentos más difíciles, al enfrentar los mayores obstáculos y al borde de la renuncia que debe aflorar el coraje y la determinación reales.  

Aquí también podemos aprender de las capacidades y fortalezas con las que deben contarse en la milicia; el dominio absoluto de las emociones, control, austeridad, la preparación sistemática para reaccionar en el momento preciso, integridad, valor para enfrentar el momento más adverso.      

Mucho de lo que hacemos en la vida depende de estar preparados, ponderar y tomar decisiones que pueden convertirse en trascendentales, disminuir el rango de error parte de haber considerado las opciones, aprovechar la oportunidad y mejorar con cada lección que la vida nos ofrece.

Desde alimentarse, cuidarse, saber administrar nuestras relaciones personales, descansar, divertirse, reponernos, hacer ejercicio, lidiar con el stress y ansiedad, en todo podemos aplicar esta mentalidad de anticipación, fortalecimiento interior y estilo de vida disciplinado.

Algo más, un auténtico líder sabe que está preparado para usar el armamento mas avanzado, pero algunas veces tendrá que barrer, limpiar el lodo en medio de las aguas negras y ayudar en casos de desastre natural con la misma actitud de servicio, auxiliando a la población civil; tal y como se hace en las fuerzas armadas.

c) Trabajo en equipo

Los principios de coordinación, comunicación, unidad de mando, logística tienen muchos de sus mejores ejemplos en la eficiencia, puntualidad, sincronía y dedicación con la que las tareas militares se ejecutan.  

Toda organización es un grupo de individuos con diferentes estilos de vida, opiniones, personalidad y percepciones. Sin embargo, hay momentos donde debemos ser parte de una estructura integral, capaz de reaccionar, trabajar y generar resultados como una unidad perfectamente consolidada, sabiendo que cada parte aportará en tiempo y forma lo que le corresponde.   

Cuando se trata mejorar el esfuerzo de un equipo, conviene recordar que no hay lugar para preferencias, intrigas, diferencias ni disputas cuando lo que se busca es superior y de cuyo éxito depende nuestro progreso como conjunto.

En la era de la globalidad, competir, ganar mercados, vender, satisfacer al cliente, ofrecer el mejor servicio, producir y desarrollar el mejor producto parten de pequeños eslabones sólidos que luego forman cadenas especializadas y estas a su vez se convierten en estructuras complejas tal y como se hace en los sistemas de la jerarquía militar.

Inteligencia, actualización permanente y competitividad

Consumidores, mercados, competencia, redes sociales, tecnología, persuasión, psicología social, inteligencia artificial, algoritmos, en todas esas áreas la milicia siempre debe estar permanentemente a la vanguardia.

Coordinar operaciones en tiempo real con el mayor sigilo, en terreno hostil, con recursos limitados, esas historias de película son la cotidianidad militar, pero forman parte de lo que se vive -en otras escalas y bajo otras variables- en las negociaciones, los flujos comerciales, la especulación financiera, el manejo de conflictos, los activos digitales y las campañas electorales.

Para las empresas y las personas esto implica sumarse, anticiparse y abordar las tendencias en tiempo real, es decir, buscar, mejorar, actualizar y desarrollar el mejor equipamiento, la mejor preparación, las tecnologías más avanzadas y siempre obligados a actuar bajo presión crítica y extensiva de sus competidores.

Sentido común, estar siempre alerta, informarse, preguntar o indagar cuantas veces sea necesario, utilizar la información disponible en el momento oportuno y aplicar los recursos disponibles de la manera mas eficiente.  

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Alfredo Paredes

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