Pensar que en nuestros celulares traemos una plataforma de posibilidades, que en los años cuarenta hubiera deseado tener cualquier inteligencia militar o centro de investigación avanzada, es algo que escapa a mi capacidad de imaginación. Tantos proyectos que se pueden materializar con el simple hecho de tener un celular con acceso a internet.
Lamentablemente, la percepción que muchos tenemos es todo lo contrario, pareciera que en lugar de haberse vuelto una herramienta que favorece a las personas, se ha convertido en un problema para la productividad debido a su uso excesivo.
Es preocupante la relación que existe entre el uso del smartphone y el incremento de la ansiedad social, así como el sentimiento de soledad. En el artículo “La relación entre la adicción al smartphone con la ansiedad social y soledad” publicado en 2016 por Asli Enze Darcin y compañía, mencionan que las personas jóvenes que usan redes sociales son más propensas a tener adicción al celular y presentar un sentimiento de soledad y ansiedad,lo que nos conduce a cuestionarnos si estamos realmente preparados para tener una herramienta tan poderosa entre nuestras manos.
Estamos viviendo una guerra silenciosa por nuestra atención, en donde las plataformas de redes sociales y “streaming” se arman hasta los dientes para influir en la atención mediante instrumentos de psicología cognitiva conductual. En medio de esta guerra estamos nosotros, siendo arrastrados por esta marea de impulsos y estímulos que nos convierten en seres dispersos e incapaces de enfocarnos por mucho tiempo.
Entonces, ¿quién lucha a favor de nuestros intereses?
La verdad es que nadie velará por el uso correcto de tu atención; solamente tú eres capaz de revertir esta situación. El primer paso es ser consciente de esta guerra y comenzar a ser celoso de tu atención.
Entendiendo esto, podemos “darle la vuelta a la tortilla” y comenzar a usar la tecnología a nuestro favor. El segundo paso sería aprender a consumir contenido de calidad. Al ser celoso de tu atención te volverás minucioso con el contenido que consumes, dejarás de permitir que te impongan el contenido y comenzarás a buscar opciones que realmente se apeguen a tu identidad y a tus objetivos.
El contenido puede ser consumido a través de audios, videos o lecturas. Darnos el tiempo para elegirlo y organizarnos es un punto crucial en este paso. Para ello la tecnología nos favorece, ya que tenemos acceso a la información de calidad como nunca antes. Busca a los autores que dominen el área estudio que estás interesado en explorar y después busca el contenido en audio, video o lecturas hayan producido.
Por ejemplo, si estás interesado en aprender de inversiones para mejorar tus finanzas, los padres de la teoría moderna en inversiones son William Sharpe y Harry Markowitz. Busca contenido que ellos hayan creado para entender las bases de la teoría en inversiones a profundidad.
Así mismo, uno no puede pasar consumiendo contenido difícil de digerir todo el tiempo, por lo que es altamente recomendable clasificar tu contenido en fácil de digerir, intermedio y difícil. Monitorea tus niveles de energía a lo largo del día y establece el grado de dificultad de contenido que vas a digerir con base en el nivel de energía en el que te encuentras. También se vale ver un buen documental o una buena serie, siempre y cuando tú hayas decidido, anticipadamente, digerir dicho contenido y hayas evaluado de qué manera te va a generar valor.
El último paso es mantener un proceso de mejora continua de nuestro pensamiento crítico. Creemos saber cómo pensar, pero te aseguro que siempre hay mejores prácticas. Puedes empezar buscando una técnica utilizada desde tiempos de Sócrates hasta la actualidad, por Elon Musk, llamada “first principles thinking”. Con esta técnica se busca aprender desde la raíz del conocimiento, indagando a profundidad sobre el tema estudiado y no sacar conclusiones con lo primero que observas.
Por ejemplo, cuando veas un “Tik Tok” de finanzas, debes indagar más sobre el tema para sacar conclusiones de calidad, probando que lo que dice el video es verdad.
Definitivamente, el control de nuestra atención y el uso correcto de la tecnología se asociará de manera positiva a la mejora de nuestra productividad y, por ende, de nuestras finanzas.
Siendo celosos de nuestra atención, podremos enfocarnos en aprender sobre cómo llevar de manera organizada nuestras finanzas.
Siendo más productivos, al evitar el exceso de estímulos de las redes sociales, nos permitirá generar mayores ingresos.
Usando la tecnología a nuestro favor, podemos empezar a usar programas digitales que nos ayuden a organizar nuestro ahorro y a usar plataformas de “crowdfunding” que nos dan acceso a productos de inversión de distintas clases.
Cierro este artículo insistiendo en que tomes el control de tu atención, busques una mejora continua del pensamiento crítico y hagas uso correcto de la tecnología. De esta manera lograrás potencializar tu productividad y, junto con ello, tus finanzas.
El autor es profesor del departamento de Contabilidad y Finanzas en el campus Monterrey y está adscrito al Financial Access, Inclusion and Research Center (FAIR Center) de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey.
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