¿Ya no les gustan los coches Jeep?​

Si no fuera por el desastre de Renault, los entusiastas de los coches ya estaríamos hablando de la tristeza de los Chrysler con todo y Jeep.

En efecto, los franceses no sufren solamente en la Fórmula 1 con los patéticos resultados de su marca Alpine carrera tras carrera. En México, las ventas de esos coches Renault caen a un ritmo anual de 31.5 por ciento este año. De enero a septiembre han vendido 10 mil 142 coches menos que para estas fechas del año pasado !Sacrebleu!

Pero el drama de Chrysler también tiene apariencia de tango.

Durante los nueve meses ya terminados de este año vendieron en México 6 mil 668 automóviles menos que en el mismo plazo de 2023. Eso incluye las marcas RAM, Dodge, Chrysler y, sí, la emblemática Jeep, cuya imagen está asociada con el poderoso ejército estadounidense.

El problema no se concentra en México. Las ventas de sus 14 marcas de automóviles se desplomaron el último trimestre por quinta vez consecutiva en medio de una demanda inestable del inventario relativamente caro, precisamente de Jeep.

¿Les sobran 2 millones 400 mil pesos? Eso cuesta una Grand Wagoneer L, lo que probablemente motive sus actuales problemas para vaciar bodegas.

Claro, tienen un coche de relativamente fácil acceso como el Renegade, de 455 mil pesos. Solamente hay un problema con eso:

“El Renegade no generaba dinero”, reconoció apenas en julio Carlos Tavares, director general de Stellantis –empresa propietaria de todas las marcas de Chrysler– ante analistas financieros.

Por eso, advirtió que va a lanzar un producto de un precio similar y cercano a los 25 mil dólares que llama aún “el sucesor del Renegade”.

“Todavía no hemos decidido cuál será el nombre, pero llegará en 2026. Y vendrá con una estructura de clientes y una estructura de costos que hará que el modelo sea rentable”.

Sucede que los coches grandes y caros cada vez tienen menos clientes en México y el resto de Norteamérica, por lo que esta compañía insistirá con un nuevo modelo “compacto” en su línea Jeep.

El caso de Tavares es atípico y los concesionarios dueños de agencias le culpan de los problemas para vender. Le culpan en serio:

“Nosotros no creamos este problema, el gobierno federal no creó este problema, la UAW (sindicato del sector) no creó este problema y tus empleados no crearon este problema: tú creaste este problema”, recriminó sin reparos Kevin Farrish, presidente del Consejo de Concesionarios en Estados Unidos.

Le reclaman que apostando únicamente por el corto plazo, en 2023 diseñó un año récord de rentabilidad para Stellantis, lo que le valió condecoraciones y personalmente ganó una cantidad récord de casi cuarenta millones de dólares ese año.

Stellantis descontinuó vehículos pequeños y se centró en los más grandes y costosos. Los críticos señalan que la compañía aumentó los precios más que la mayoría de los competidores y esperó más tiempo para emitir descuentos.

“Lamentablemente, la ingeniería y la estructuración de ese año nos han llevado exactamente a donde le dijimos a sus ejecutivos que estaríamos hoy”, le recordó Farrish.

La compañía vendió suficientes automóviles para reducir su inventario 11.6 por ciento, pero sus concesionarios, al menos los de Estados Unidos, todavía están abarrotados: Ram tiene camionetas para unos 77 días, aproximadamente el doble del promedio de la industria, y Dodge y Jeep no se quedan atrás.

Ahora Stellantis apunta al lanzamiento de vehículos eléctricos en un mercado dominado por la estadounidense Tesla y por marcas chinas como BYD, lo que no pronostica días de bonanza.

También, por cierto, se apoyará en Latinoamérica trayendo a esta región la marca Jeep Avenger el año entrante, que debe complementar el Renegade y claro, en algún momento el sustituto del Renegade. Got Jeep?

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