Estuve leyendo con detenimiento el resumen que publicó mi director de SDPnoticias sobre el discurso que dio ayer nuestra presidenta en el Zócalo por sus 100 días.
Habló de muchos temas e hizo cientos de promesas. En resumidas cuentas, habló de:
- Salud.
- Vivienda.
- Leche y Alimentación.
- El Grandioso Tren Maya.
- Mexicana de Aviación.
- Carreteras.
- Baches.
- Puertos.
- Energía.
- Agua.
- Donald Trump.
- Seguridad.
- Economía
¿Y de la salud mental? Nada.
Volví a repasar, asombrada, uno a uno los puntos que tocó Claudia Sheinbaum ayer en su discurso y nada, no habló de la salud mental. ¿Por qué no la quiere ver? ¿Por qué no le da importancia a psicólogos y psiquiatras?
La misma página de Gobierno tiene un apartado del año 2022 llamado “Hablemos del suicidio”. En ella dan datos duros y alarmantes: La incidencia en suicidios ha aumentado en nuestro país. En aquel entonces habían 8447 suicidios, 1224 más que en el 2019 cometidos entre personas de 18 a 29 años.
No volvieron a actualizar ese rubro. Los últimos datos arrojan que la tasa de suicidio por cada 100 mil personas fue de 6.8: 2.6 en el caso de mujeres y 11.3 en el caso de hombres.
Todos los días nos encontramos con noticias que se dicen y se redactan sin utilizar la palabra SUICIDIO, pues se cree que esto incrementa el número de personas que intentan quitarse la vida y las describen como: “Persona se lanza a las vías del Metro”. “Una mujer se arroja de un puente”. “Un hombre se dispara en la cabeza”.
Como psicóloga estoy totalmente en contra de que se evite hablar del suicidio. Se debe de hablar de ese tema, pero tal parece que Claudia no piensa como yo.
En México hay cientos de adolescentes con ansiedad y con depresión. Muchos de ellos con ideas suicidas recurrentes, pero también ocurre en hombres y en mujeres en edad adulta y en personas de la tercera edad.
La depresión y la ansiedad son una constante en muchas personas las cuales al padecer esto abandonan trabajos de un día para otro, abandonan emocionalmente a sus hijos y se desvinculan de su entorno.
Me llama la atención que nuestra presidenta ni por error piense en ello: en la salud mental, siendo que su gran líder, Andrés Manuel López Obrador, puso alguna vez sobre la mesa el tema.
No sé si Clau (me gusta llamarla así, será porque a mí no me gusta que me digan Claudia sino Clau) alguna vez haya estado triste o deprimida o sus hijos quizá alguna vez, me intriga saber qué le decía su madre que al parecer y dicho por ella misma siempre fue muy dura y estricta con nuestra presidenta, cuando su hija se deprimía o lloraba o se enojaba, como todo ser humano. Quizá la regañaba por mostrar sus emociones y ella se controlaba en no demostrar ni llanto ni ira ni quebranto.
Quizá por eso no le da atención o porque sabe que es inviable poder atender la salud mental de todas y todos y se ha rendido ya.
Dice nuestra presidenta en el rubro de seguridad que lo principal es “atender las causas” para evitar que los jóvenes vean como un modo de vida al narcotráfico.
Pero se brincó el tema de la salud mental de esos jóvenes: Esos jóvenes que quieren ser como los grandes capos es porque no encuentran esperanzas en sus vidas o porque se encuentran rotos por dentro por ver fracturada a su familia, por depresión y frustración, soledad.
Muchas pueden ser las causas emocionales que llevan a los jóvenes a querer involucrarse con el narco.
Presidenta: Como ciudadana de este país, le pido, con esa certeza con la que me dijo alguna vez que nos encontramos en la vida que gobernaría por mí a pesar de no darle mi voto en el 2024, y con estas ganas de creer que me leerá y meditará en este tema, le suplico no invalide ni niegue el tema de la salud mental.
Y como siempre lo he dicho, como psicóloga estoy en la mejor disposición de ayudar de manera voluntaria a quien más lo necesite. Pero le ruego, no ignore este tema porque es de gran importancia en este país.
No lo ignore, porque usted ha dicho que su ideología es seguir los pasos que ha caminado el expresidente de México, y él quizá a la fuerza o no, no lo sé, pero tocó el tema en su sexenio.
Sé que el problema sanitario de salud mental es enorme y es complejo, pero negarlo sería un grave error.
Porque justamente por la existencia de divorcios, familias reconstruidas, violencia intrafamiliar, violaciones, etc., es que se desencadena una serie de resentimientos en el joven que muy fácilmente puede incluso asesinar a alguien más tan solo por estar enojado con esta vida.
Por favor, léame.
Es cuanto.
