El cielo estadounidense amaneció en rojo. Más de 2 100 vuelos fueron cancelados en un solo día en todo el país, dejando a miles de pasajeros varados en aeropuertos convertidos en dormitorios improvisados. La causa no es el mal clima, sino algo mucho más profundo: el cierre del gobierno federal.
Los efectos comenzaron a sentirse con fuerza este fin de semana, cuando la Administración Federal de Aviación (FAA) ordenó recortes operativos en más de 40 aeropuertos principales por la falta de personal. Los controladores aéreos, que trabajan sin recibir salario desde hace semanas, ya no pueden sostener el ritmo, y el tráfico aéreo estadounidense empieza a tambalearse.
El secretario de Transporte, Sean Duffy, advirtió que si el cierre continúa hasta la temporada de Thanksgiving, la situación podría volverse crítica:
“Si esto sigue, los vuelos se reducirán a cuentagotas”, declaró.
Mientras tanto, las aerolíneas intentan maniobrar entre el caos: Delta, American Airlines y United registraron cientos de cancelaciones, además de miles de retrasos. Las escenas en los aeropuertos son dantescas: largas filas, niños durmiendo sobre maletas, viajeros desesperados buscando alternativas por tierra.
Según reportes de medios estadounidenses como The Washington Post y The Guardian, este domingo fue uno de los peores días para la aviación estadounidense desde el inicio del cierre. En total, más de 10 000 vuelos sufrieron demoras, y el efecto dominó ya se siente en vuelos internacionales hacia México, Canadá y Europa.
💬 ¿Qué está pasando realmente?
El cierre del gobierno ha paralizado la financiación de agencias federales, incluyendo la FAA y la TSA (Seguridad en Aeropuertos). Miles de empleados esenciales siguen trabajando, pero sin recibir salario, lo que ha provocado ausentismo, fatiga y, sobre todo, riesgos de seguridad.
En redes sociales, los usuarios describen el caos con indignación:
“Dormimos en el suelo. No hay información, no hay personal, y mi vuelo lleva 16 horas retrasado”, escribió una usuaria en X (Twitter).
💸 Pérdidas multimillonarias y un efecto en cadena
Cada día de cierre gubernamental cuesta cientos de millones de dólares a la industria aérea. Hoteles, transportes y restaurantes alrededor de los aeropuertos también están siendo golpeados. Expertos advierten que si el conflicto político en Washington no se resuelve pronto, el sistema aéreo podría tardar semanas en recuperarse, incluso después de reabrirse el gobierno.
🌍 Impacto global
México, Canadá y países europeos ya reportan retrasos en vuelos con destino a EE.UU. Las aerolíneas internacionales están reorganizando horarios para evitar colapsos. Si el cierre se prolonga, la cadena de suministros y el turismo internacional también sufrirán un golpe severo.
⚠️ En resumen
Estados Unidos enfrenta un escenario que parece sacado de una película de desastre político: controladores sin paga, aeropuertos saturados y un gobierno en silencio.
El país que alguna vez presumió el sistema aéreo más eficiente del mundo hoy se encuentra atrapado… en tierra.
